Split es la segunda ciudad más grande de Croacia y todo un imprescindible si estáis planeando un viaje por el país. La ciudad es por sí misma un reclamo para todo tipo de viajeros, pero Split se nos presenta además como el campamento base ideal desde el que descubrir esta región de Croacia. En esta entrada nos centraremos en recorrer a pie el centro histórico de la ciudad para descubrir qué ver en Split en un día, ¿nos acompañáis?
Algunos datos prácticos
Antes de centrarnos en nuestra ruta por la ciudad, creemos que vale la pena detenernos un poco en algunos datos prácticos sobre nuestro viaje. En nuestro caso, incorporamos la visita a Split en un itinerario de 10 días por Croacia en el que nos centramos en recorrer la costa dálmata. Si estáis planeando un viaje como el nuestro os recomendamos pasar al menos 3 noches en Split, aunque esta región es tan rica en lugares de interés turístico que se presenta como un destino ideal para un viaje más corto centrado en Split y sus alrededores.

Volviendo a nuestro caso concreto, al incorporar Split en un recorrido más largo por carretera nosotros llegamos a la ciudad en coche, pero es posible volar directamente al Aeropuerto de Split o llegar en transporte público desde otras ciudades de Croacia, entre ellas Dubrovnik. Personalmente creemos que no es imprescindible contar con vehículo propio para disfrutar de la ciudad y sus alrededores e incluso es preferible no tenerlo si os queréis alojar en pleno centro de Split. Una vez en la ciudad la mejor manera de recorrer el centro histórico es a pie y desde el puerto es posible realizar varias excursiones para las que no necesitaréis vehículo propio.
Split es, además, un destino popular entre diferentes cruceros que recorren el Mediterráneo. Si decidís visitar la ciudad de esta manera existen excursiones especialmente diseñadas para cruceros en las que el punto de encuentro con el guía es en el propio puerto. Si visitáis Split por libre también es importante tener en cuenta este hecho ya que a las horas de visita de los cruceros el centro suele estar muy masificado. Nosotros os recomendamos volver a recorrer los lugares más concurridos a última hora de la tarde para disfrutarlos de nuevo sin la marea de gente.
Hechas todas estas observaciones, entremos de lleno en nuestra ruta de un día por el centro histórico de Split.
Qué ver en Split
El centro histórico de Split es una maravilla para los amantes de las callejuelas empedradas y lo mejor para recorrerlo es perderse por ellas. Aunque para ser fieles a nuestro estilo os hemos dejado señalada una opción de ruta entre los diferentes puntos de los que hablaremos, como siempre os animamos a ignorar esta ruta por completo y dejaros guiar por la curiosidad para disfrutar de vuestra propia experiencia de Split.
Colina de Marjan
Como ya sabéis si sois lectores del blog, siempre nos centramos en nuestra propia ruta para mostraros qué ver en las diferentes ciudades. Es por eso que esta vez, debido a la localización de nuestro alojamiento, nuestra ruta comienza en un punto que normalmente se suele dejar para el final: la colina de Marjan (1).
Los 178 metros de altura de la colina de Marjan convierten a este lugar en un mirador ideal para contemplar el resto de la ciudad. Con su gran superficie forestal, esta colina es también uno de los mayores pulmones verdes de la ciudad y el lugar preferido por los habitantes de Split para salir a correr y hacer ejercicio. Es posible acceder al mirador desde las escaleras de Marjan que conectan con el paseo marítimo.

Paseo Marítimo de Split
Tras descender las escaleras de Marjan iniciamos nuestro recorrido por el Paseo Marítimo de Split, una de las zonas más animadas de la ciudad. En esta zona encontraremos una gran variedad de terrazas, bares y restaurantes, que dotan al paseo de su ambiente característico.
Desde el Paseo Marítimo accedimos a la Plaza de la República (2). Esta plaza, abierta al paseo marítimo por uno de sus flancos, está rodeada en sus otros tres lados por edificios de estilo neorenacentista. Estos edificios destacan por su fachada de color rosado y sus galerías de arcos que recuerdan a la Plaza de San Marcos en Venecia. La plaza fue construida en el siglo XIX y hoy en día es un escenario habitual para diferentes eventos culturales.
Plaza de la Fruta
De vuelta en el Paseo Marítimo seguimos nuestro camino hacía el Palacio de Diocleciano, no sin antes desviarnos para echarle un primer vistazo a la Plaza de la Fruta (3). Esta pequeña plaza tiene un encanto especial y recibe su nombre por ser el lugar al que las mujeres de los pueblos cercanos venían a vender su fruta.
En torno a la Plaza de la Fruta podemos ver diferentes edificios de interés como una torre veneciana del siglo XV o el Palacio Milesi. En el centro de la plaza se alza una escultura de Marko Marulić, el primer escritor en escribir y publicar sus obras en croata. Es por este motivo que Marko Marulić es considerado el padre de la literatura croata.
Tras este último desvío seguimos nuestro camino por el Paseo Marítimo hasta la joya de la corona del centro histórico de Split: el Palacio de Diocleciano.
Palacio de Diocleciano
La historia de Split se remonta al siglo IV, momento en el que el emperador romano Diocleciano decidió construir aquí un palacio al que retirarse tras su carrera política (a pesar de que no era muy común que un emperador se jubilase de su cargo). Este palacio dio lugar a la ciudad actual pero cuando hablamos del Palacio de Diocleciano no tenemos que pensar en un único edificio. El Palacio de Diocleciano es en realidad un complejo monumental que alberga una buena parte del casco histórico de Split y que incluye diferentes monumentos de los que hablaremos a continuación.
En primer lugar, hablemos de las puertas de acceso a dicho complejo. Existen cuatro puertas de entrada al antiguo Palacio de Diocleciano, cada una bautizada con el nombre de un metal diferente. La primera de las puertas que visitaremos en nuestra ruta es la Puerta Aenea (4) o Puerta de Bronce. En el pasado, esta puerta comunicaba directamente los sótanos del palacio con el mar y era la puerta de entrada de las mercancías que llegaban por vía marítima. Hoy en día, la parte central de este espacio está ocupada por una gran variedad de puestos de artesanías y souvenirs, pero se puede visitar el resto de los sótanos pagando un módico precio (50 kunas por adulto en 2022).
La visita a los sótanos no aporta tanto teniendo en cuenta que los espacios se muestran prácticamente vacíos, pero no sólo es una manera ideal de escapar del calor y las multitudes sino que es una visita ideal para los fans de Juego de Tronos. Tanto en Split como en Dubrovnik se pueden visitar numerosas localizaciones de la serie y en este caso los sótanos del palacio fueron el lugar escogido por Daenerys para encerrar a sus dragones durante su estancia en Meereen.

Plaza del Peristilo
Una vez dentro del Palacio de Diocleciano, lo primero que nos encontramos es la zona del Peristilo (5), una de las zonas más icónicas del palacio. Esta plaza columnada es el corazón del palacio y como tal siempre se encuentra atestado de turistas, por lo que os recomendamos pasaros por aquí temprano por la mañana o cuando empiece a caer la noche.

En torno a la plaza del Peristilo se encuentran varios monumentos dignos de mención. Hablaremos en detalle del más importante de ellos en un apartado propio, pero no podíamos dejar de mencionar aquí la presencia en la plaza de una esfinge egipcia del siglo XV a.C. Esta esfinge fue importada directamente de Egipto para la construcción del Palacio y no es la única esfinge que podemos ver a día de hoy en Split.
Al sur del Peristilo, sobre las escaleras por las que hemos accedido al palacio desde los sótanos, se encuentra el vestíbulo del palacio, una sala abovedada que fue en el pasado la entrada a los apartamentos imperiales. Pasando esta sala accedemos a una zona con ruinas de varias estructuras del palacio romano, incluyendo el comedor o la sala de baños.
Catedral de San Domnius
Como os comentábamos, en torno al Peristilo se encuentran monumentos que necesitan apartado propio, como es el caso de la Catedral de San Domnius (6). Esta catedral ocupa un edificio octagonal originalmente construido como mausoleo para el propio Diocleciano. El mausoleo fue convertido en iglesia en el siglo V d.C. y en el siglo XIII se añadió a la construcción la torre del campanario a la que se puede subir para disfrutar de las vistas de la ciudad.

La Catedral puede visitarse adquiriendo una entrada en el edificio del Tesoro, localizado al otro lado del Peristilo. El precio de la entrada varía en función del número de sitios que se quiera visitar. Nosotros optamos por la tarifa de 5 sitios que incluye la Catedral, la Cripta, el Campanario, el Baptisterio (o Templo de Júpiter) y la exposición del Tesoro.
Templo de Júpiter
Tras visitar los puntos de interés que rodean la plaza del Peristilo nos fuimos al Templo de Júpiter (7), actual baptisterio de la catedral. Junto a la entrada de este templo se encuentra otra de las esfinges que podemos ver actualmente en Split, aunque esta esfinge no tuvo tanta suerte a la hora de conservarse hasta nuestros días. La esfinge que podemos ver aquí fue, literalmente, decapitada por los cristianos, que la consideraban un símbolo pagano.

Junto al Templo de Júpiter se encuentra la calle más estrecha de Split y una de las calles más estrechas de Europa. Este callejón se ha ganado el apodo de calle “Déjame pasar” por motivos que no hace falta que os expliquemos.
Puerta Áurea
Tras visitar los cinco sitios incluidos en la entrada de la catedral volvimos al Peristilo para seguir callejeando por el interior del Palacio de Diocleciano, no sin antes acercarnos a la segunda de las puertas del complejo palacial: la Puerta Argéntea o Puerta de Plata (8). Esta puerta se mantuvo cerrada desde la Edad Media hasta 1952, año en el que volvió a abrirse al público tras ser reconstruida. Esta entrada comunica la zona de Peristilo con el actual Mercado de las Frutas o Green Market (9). Si os gustan los mercados, os recomendamos pasaros también por el Mercado de Pescado, al otro lado de la ciudad.
Tras cruzar de nuevo la Puerta de Plata, callejeamos hacía la Puerta Áurea (10), la puerta de entrada principal al palacio. Esta puerta estaba reservada solo al emperador y su familia y era la puerta más ricamente decorada.
Estatua de Gregorio de Nin
Junto a la Puerta de Oro se alza la escultura de Gregorio de Nin (11), otro de los monumentos icónicos de Split. Este obispo cristiano se ganó el derecho a una estatua de estas dimensiones gracias a su lucha a favor del uso del croata en la liturgia cristiana. Además, si sois de esos viajeros supersticiosos que vais coleccionando rituales por el mundo, no podéis dejar de acercaros a la estatua para tocarle el dedo gordo del pie. Supuestamente la suerte está garantizada para los que hagan.

Plaza del Pueblo
Cumplida la tradición, callejeamos por fuera del complejo del Palacio de Diocleciano en dirección a la Plaza del Pueblo (12), la cuna de la ciudad extramuros. Este fue el primer lugar habitado en la ciudad fuera del Palacio de Diocleciano y como tal funcionó como centro de la vida civil de Split. Aquí encontramos el edificio del Antiguo Ayuntamiento, así como varios palacios nobiliarios. Desde esta plaza también podemos ver la Puerta Férrea (13) y, junto a ella, el reloj de 24 horas.
A partir de este punto de la ruta nosotros nos centramos en perdernos por las callejuelas y disfrutar de los rincones menos transitados, no sin antes hacernos con un helado en la Gelateria Emiliana. Habíamos visto en Tiktok que está es una de las mejores heladerías de la ciudad así que no podíamos dejar de recomendarla. Y ya que hablamos de recomendaciones gastronómicas, si buscáis un lugar en el que probar marisco, a nosotros nos gustó mucho el restaurante Skalinada, muy cerca de la Plaza de la República.

Hasta aquí nuestro paseo por la ciudad de Split. Como veis el centro de la ciudad se recorre muy bien a pie y se puede visitar en un día, pero Split es un lugar ideal para hacer excursiones a las islas más cercanas. Nosotros al día siguiente nos decantamos por la visita a la isla de Hvar, pero si contáis con más tiempo quizás os puede interesar visitar también la isla Brač o hacer una excursión a la Gruta Azul.
Si os interesa saber más sobre nuestro itinerario de 10 días por Croacia, no os perdáis nuestra entrada anterior en la que os contamos qué ver en Zadar y nuestras próximas entradas con más detalles sobre nuestro viaje.
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