A pesar de haber estado en varias ocasiones en Reino Unido, por algún motivo que desconozco los scones fueron un auténtico desconocido para mí hasta que llegué a Irlanda. Sin embargo, aunque tardaran en llegar, sin duda han venido para quedarse y en Irlanda he tenido la oportunidad de probar varias recetas de scones hasta encontrar mi favorita. ¿Queréis saber cuál es la receta que uso para preparar este dulce anglosajón? Entonces estáis en el artículo correcto, pero primero hablemos un poco de los scones.
¿Qué son los scones?
Describir un scone es más difícil de lo que parece ya que incluso la pronunciación de la palabra acepta diversas variantes. Intentaremos simplificarlo: un scone es una especie de panecillo dulce que se consume tradicionalmente en el desayuno o a la hora del té. Los scones “más tradicionales” suelen llevar pasas, aunque es fácil encontrar “plain scones” para los detractores de las mismas. Normalmente este dulce se consume con mantequilla y mermelada o crema y mermelada.

Hasta aquí una definición sencilla y clara, pero ahora llegan las excepciones como los scones salados o, incluso, los scones fritos. En este artículo nos centraremos en la receta más tradicional (con o sin pasas), pero no hemos podido resistirnos a usar todas estas excepciones y otros datos sobre los scones para crear una lista de curiosidades con las que podáis sorprender a vuestros comensales el día que pongáis en práctica la receta.
5 curiosidades sobre los scones
¿Sabéis de dónde son originarios los scones o cuál es su pronunciación correcta? ¿Sabíais dónde y cómo se consumen los scones fritos? No os preocupéis si no os viene a la cabeza la respuesta a estas preguntas, os las dejamos nosotros en forma de 5 curiosidades:
(1) Se cree que el origen de los scones es escocés y que su antepasado directo es un pan plano cocinado a la plancha que se conoce como bannock.
(2) Hay dos posibles formas de pronunciar scone y ambas son correctas, aunque no por ello se ha dejado de discutir sobre el tema. Dependiendo del lugar en el que te encuentres es más probable que escuches /scoun/ o /scon/. Mientras que la primera opción se escucha mayoritariamente en el sur de Irlanda e Inglaterra, así como en América, en el norte de Gran Bretaña es más común escuchar /scon/.
(3) Como os decíamos antes, la versión tradicional de los scones se hace con pasas, pero con el tiempo han ido apareciendo variaciones de la receta. En Irlanda y Reino Unido también se pueden encontrar scones con arándanos o chocolate, pero conforme te alejas de la fuente los sabores se hacen cada vez más variados. En Australia, por ejemplo, se puede encontrar, incluso, scones de calabaza.

(4) El tema de los ingredientes nos lleva a hablar de la diferencia entre los scones británicos y los americanos. Y es que aunque los scones se pueden encontrar en todo el mundo anglosajón, se trata de dulces muy diferentes. Mientras que los scones británicos se suelen tomar con mantequilla y mermelada o crema y mermelada, los scones americanos se suelen comer solos debido a que los ingredientes que incluyen hacen que tengan un sabor más intenso por sí solos.
(5) Y si seguimos hablando de variedades de scones no nos podemos olvidar de los scones salados. En Escocia y en la provincia de Ulster (Irlanda del Norte) se pueden encontrar scones de soda y scones hechos a base de patata. Estos últimos se consumen fritos como parte del Scotish Breakfast (una de tantas variedades regionales del desayuno inglés).
Receta de Scones
Ahora que ya sabemos lo que es un scone y algunas de las variedades regionales que existen (ya os avisamos que muchas se nos han quedado en el tintero), llega el momento de compartir con vosotros la receta de scones que he aprendido en Irlanda.
Ingredientes (para 6-8 scones)
- 500 gramos de harina de trigo “self-rising”, en español harina leudante o de bizcochos (si no encontráis esta harina podéis usar harina de trigo normal y añadir polvo para hornear y sal)
- 100 gramos de azúcar glas
- 100 gramos de mantequilla
- 225 mililitros de “buttermilk” o suero de leche
- 1 huevo (opcional)
- 75 gramos de pasas (opcional)

Preparación
(1) Lo primero que haremos es mezclar los ingredientes secos (la harina y el azúcar) con la mantequilla. Para esta receta necesitamos que la mantequilla esté fría. La podemos cortar en dados antes de añadirla para que nos sea más fácil de combinar. Lo mezclamos todo con las manos pero sin apelmazar la masa, tiene que quedar como si fuera arena de playa.

(2) Con un vaso medidor medimos los 225 mililitros de “buttermilk” o suero de leche. Se le puede añadir un huevo para que la masa quede más esponjosa, pero en ese caso reducimos la cantidad de “buttermilk”. Lo mejor es añadir el huevo primero en el vaso medidor y rellenar con “buttermilk” hasta los 225 mililitros.

(3) Añadimos los ingredientes líquidos en la mezcla de harina, azúcar y mantequilla. Mezclamos y añadimos harina según lo necesitemos. En el caso de los scones es importante no amasar de más. En cuanto veamos que podemos trabajar bien con la masa que se forma no hace falta seguir amasando.

(4) Si queréis hacer los scones con pasas, este es el momento de incorporarlas a la masa. Como nosotros no somos muy fans de las pasas no tenemos foto de este paso.
(5) Enharinamos la superficie sobre la que vamos a trabajar y extendemos la masa con un rodillo o con las manos. Lo ideal es que quede una capa de unos dos dedos de grosor. Para cortarla podéis usar cortadores de galletas de forma circular, pero si no tenéis yo lo que hago es usar una lata de conservas. Después de lavarla bien nosotros le hicimos un agujero en la parte de atrás para que la masa no hiciera vacío al cortarla y fuera más fácil de desmoldar. Usar una lata tiene el añadido de que estría los bordes del scone, de manera que después de hornearlo es posible abrir el scone por la mitad directamente con las manos.

(6) Colocamos los scones en una bandeja de hornear y los horneamos durante 15 – 20 minutos a 170ºC. A mi me gusta que queden un poco más doraditos así que me baso en el color para saber cuándo están en su punto.

(7) Dejamos enfriar y servimos acompañados de mantequilla y mermelada o nata y mermelada.

Ahora que conocéis la receta ya podéis disfrutar de la hora del té en casa como si estuvierais en unos salones del té de la campiña inglesa o empezar el día con un delicioso desayuno británico. Si ponéis en práctica esta receta no dejéis de etiquetarnos para que podamos ver el resultado.
Acabo de acabar las sesiones con tus paisanos canarios y me voy al Súper a por los ingredientes
Que pasada de artículo y que precioso y organizado te ha quedado. Me he divertido y he disfrutado muchísimo
Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Ya sabes que querré ver el resultado, seguro que te quedan buenísimos.
La verdad es que he disfrutado muchísimo escribiendo este artículo así que espero publicar alguno más 😍😍 Un beso enorme,