A poco más de 20 minutos en tren desde Cork, se encuentra uno de los rincones más icónicos del condado: la ciudad de Cobh. Esta pintoresca ciudad, dominada por su imponente catedral, cuenta con el segundo puerto natural más grande del mundo (el primero es el de Sídney) y su historia está ligada a la de barcos tan importantes como el Titanic o el Lusitania. ¿Os animáis a pasar un día en Cobh con nosotros?
Como os avanzábamos al inicio del post, a Cobh se puede llegar cómodamente en tren desde la ciudad de Cork. Para esta ruta asumiremos que habéis llegado a Cobh de esta manera y nuestra primera parada será la mismísima estación o, más concretamente, la parte del edificio dedicada al Cobh Heritage Centre (1).

Empezaremos por confesaros que nosotros no entramos al museo, pero, a pesar de no poderos recomendar el contenido del museo, sí que aprovecharemos la parada para hablaros un poco de la historia de Queenstown. No, no estamos colando un párrafo sobre otro pueblo, Queenstown es el nombre que recibió Cobh desde la visita de la reina Victoria en 1849, hasta la independencia irlandesa en1921.
Como mencionamos al principio, la historia de Cobh está ligada a la de grandes buques como el Titanic, pero empecemos hablando de viajes menos conocidos. De este puerto también zarpó, por ejemplo, el Sirius, un barco de vapor que, en 1838, se convirtió en el primero en cruzar el Atlántico. Y hablando de cruzar el Atlántico, la historia de Cobh también está ligada a la de los emigrantes que abandonaban la isla en busca de un futuro mejor en América o de aquellos convictos que fueron traslados a la fuerza a Australia. Como muestra de esto, frente a la entrada del Cobh Heritage Centre se encuentra la estatua en honor a Annie Moore, la primera persona en ser inscrita en el nuevo registro de inmigrantes de Ellis Island, en Nueva York, en 1892.

Pero ya va siendo hora de seguir con la ruta que, al fin y al cabo, aún no nos hemos movido de la estación de tren. De camino a nuestra siguiente parada encontraréis un pequeño parque junto al paseo marítimo. Desde aquí se puede disfrutar tanto de las vistas a la bahía como de unas bonitas panorámicas de la ciudad, aunque más adelante os desvelaremos el lugar desde el que sacar la mítica foto de Cobh.


Tras atravesar el parque, llegamos al Titanic Experience (2), otro museo al que no entramos. Sé que estáis muy decepcionados conmigo, pero de nuevo, y para compensar, os contaré la historia del edificio. Este edificio fue, en el pasado, la sede de la compañía White Star Line, la naviera a la que pertenecía el RMS Titanic. No hace falta que os cuente el trágico final de este buque, pero lo que quizás no sabíais es que su última parada para recoger pasajeros fue precisamente en Cobh. Aquí embarcaron 123 pasajeros, pero no lo hicieron directamente desde este muelle. En su lugar, para ahorrarse maniobras de atraque, los pasajeros fueron llevados en botes hasta el Titanic, que esperaba a la entrada de la bahía.
El resto de la travesía del Titanic es historia (y película) así que mejor pasemos a hablar de otro gran buque. La plaza situada frente al Titanic Experience acoge el monumento al Lusitania (3). Este buque de pasajeros fue torpedeado por un submarino alemán en 1915, en el contexto de la Primera Guerra Mundial. Aunque el hundimiento sucedió cerca de Kinsale, Cobh acogió y atendió a fallecidos y heridos.

Tras el monumento se encuentra el antiguo edificio del Ayuntamiento que, actualmente, acoge la Oficina de Turismo. Tras cruzar las arcadas de este edificio, pronto os encontraréis en la calle más fotografiada de Cobh: West View (4). Dejemos esta calle y su amenazante cuesta para la vuelta y, en su lugar, desviémonos para visitar la Catedral de San Colmán (5).
La imponente Catedral de San Colmán destaca por sus proporciones, a priori desmesuradas. Quien iba a imaginar que una ciudad tan pequeña como la de Cobh (más bien un pueblo), contara con una catedral tan monumental. Su aguja, de 90 metros de altura, se encuentra entre las más altas de Irlanda y su ubicación, sobre una colina, hace que esta catedral destaque aún más en el skyline de Cobh. También hay que destacar el carrillón de 49 campanas de la catedral, el mayor de Irlanda y Reino Unido.
Tras visitar la catedral, toca que os desvelemos uno de los secretos mejor guardados de Cobh. Y es que al recorrer la West View veréis a muchos intentando emular la famosa foto de la catedral y las casitas de colores, pero el lugar desde el que sacar esa foto se encuentra en realidad en Spy Hill (6). Aunque no, no se trata de un mirador como tal. Aquí os vendrá de lujo tener un palo selfie, los brazos largos o capacidad para trepar, porque las vistas se esconden detrás de un muro de dos metros de altura. No se trata de un rincón pintoresco, pero es el lugar perfecto para obtener la foto desde la perspectiva que aparece en las postales.

Tras desvelar el secreto mejor guardado de las guías de viajes y los comerciantes de postales, os proponemos bajar por West View hasta la plaza del monumento al Lusitania. Mi recomendación, si os apetece caminar un poco más, es que acabéis el día en el Jardín Memorial al Titanic (7), aunque también voy a dedicar un párrafo a hablaros de la Isla de Spyke (8).

En la Isla de Spyke se encuentra el Fort Mitchel, una fortaleza británica que fue utilizada, mayoritariamente, como prisión. A priori, la visita puede resultar muy interesante y sin duda las historias que cuentan en la visita guiada son, cuanto menos, curiosas, pero a nosotros nos decepcionó la visita (y con ello nos dolió el doble haber pagado 20€ por persona para hacerla). Como siempre, esto es sólo nuestra opinión y la decisión de visitarla es vuestra por lo que si decidís hacerlo, os dejamos aquí la web en la que reservarla. En caso de que decidáis guiaros por nuestra experiencia, os dejo dos recomendaciones (más baratas): la Cork City Gaol en la ciudad de Cork y el Charles Fort en Kinsale.

Hasta aquí nuestra ruta por la ciudad de Cobh, uno de los lugares más pintorescos del condado de Cork. Si aún no habéis recorrido con nosotros la ciudad de Cork os invitamos a hacerlo aquí y os recomendamos también la visita a Kinsale para completar el itinerario por la zona.
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