Os hemos hablado en otras ocasiones de lo bonito que es el suroeste de Irlanda y esa región incluye al condado de Mayo. Mayo es, probablemente, una de las zonas que más nos han sorprendido. Y es que, antes de nuestra visita, habíamos oído muy poco del condado y no estaba en nuestra lista de prioridades. Sin embargo, después de conocer Westport y otros puntos imprescindibles del condado, Mayo se ha ganado un puesto entre nuestros favoritos de Irlanda.
Nuestra ruta por Mayo comenzó desde el norte del condado, pero nos hemos tomado la licencia de darle la vuelta. ¿Por qué? Porque creemos que conecta a la perfección con nuestra ruta por la región de Connemara, en el condado vecino de Galway. Así que, aunque para nosotros fueron dos escapadas diferentes, os proponemos combinarlas para recorrer uno de los tramos que más nos han gustado de la Wild Atlantic Way.
El punto de inicio de esta ruta es, por lo tanto, el puerto de Killary (1). Aunque tradicionalmente se le ha considerado como el único fiordo de Irlanda, recientes estudios científicos ponen en duda que su formación se debiese a la acción de un glaciar. Sea o no un fiordo, este punto se encuentra en la frontera entre los condados de Galway y Mayo, por lo que es el punto de unión ideal para ambas rutas.

Desde Leenane, pueblo en el que se encuentra el puerto de Killary, se accede a una carretera que atraviesa el Valle de Doolough (2). Este lugar, de una gran belleza paisajística, también fue el escenario de un fatídico episodio de la Gran Hambruna: la tragedia de Doolough.

Una de las versiones de esta tragedia cuenta que dos oficiales tenían que llegar a Louisburgh para inspeccionar el estado de pobreza de los habitantes de la zona. De esta inspección dependía que las familias pudieran seguir optando a las ayudas de alimento, pero los oficiales no llegaron al punto acordado sino que se alojaron en Delphi. Esto obligó a las familias que estaban esperando su inspección en Louisburgh a iniciar un duro viaje atravesando el Valle del Doolough. Esta peregrinación, unida a las inclemencias del tiempo y a la desnutrición de los desplazados provocó que decenas de esas personas fallecieran durante el viaje.

La carretera que atraviesa el valle acaba en el pueblo desde el que comenzó esta fatídica marcha: Louisburgh. Desde aquí, y hasta la ciudad de Westport, nuestro camino estará enmarcado por la costa a nuestra izquierda y el Croagh Patrick (3) a nuestra derecha. Esta montaña destaca por su forma cónica y su altura, pero también por su relación con el santo favorito de los irlandeses. Aquí San Patricio ayunó durante 40 días en la Cuaresma del año 441 d. C. Si os gusta el senderismo o sois muy devotos del Santo, os recomendamos el ascenso a la cima. A nosotros la visita a Croagh Patrick nos coincidió con un momento de poca visibilidad por lo que decidimos no subir la montaña. El sendero comienza en el aparcamiento de Murrisk y se debe reservar al menos 4 horas para completarlo ida y vuelta.

Si habéis decidido subir a la montaña o si estáis integrando esta ruta en un itinerario más largo, quizás os interese pasar noche en nuestra siguiente parada. Westport (4), con su amplia oferta de pubs y restaurantes, es el centro de la vida nocturna de Mayo. Además de recorrer el centro histórico, os recomendamos visitar la Westport House y el Westport Quay. Dentro del recinto de la Westport House encontraréis el Pirate Adventure Park, un parque de aventuras temático ideal para los más peques de la casa.

Y hablando de piratas, ninguna visita a Mayo estaría completa sin hablar de Grace O’Malley. Encontraréis una estatua de esta mujer en las inmediaciones de la Westport House, pero mejor os hablamos de ella en nuestra siguiente parada: el Castillo de Rockfleet (5).

Grace O’Malley fue una mujer de armas tomar que se dedicó a la piratería en la Irlanda del siglo XVI. Ya de niña Grace tenía muy claro que su lugar estaba junto a su padre en el mar, por lo que cuando éste le dijo que el barco no era sitio para chicas, ella no dudó un segundo y se corto el pelo ganándose el apodo de Grace la calva. A los 15 años se casó con su primer marido, Donal O’Flaherty; y comenzó su carrera como pirata. Como tenían prohibido comerciar en Galway, Grace decidió dedicarse a abordar a los buques que se dirigían a este puerto y exigirles peaje por pasar por sus aguas. Así fue como Grace se hizo con el control de toda la costa de Mayo. Bueno, toda no, la zona de Rockfleet se le resistió un poco, lo que nos lleva a la historia del Castillo de Rockfleet.

Para hacerse con el control del Castillo de Rockfleet, Grace tuvo que casarse con Richard-an-larainn Burke. Como podéis intuir, el matrimonio entre Grace y Richard poco tenía que ver con el amor romántico. Esto quedó muy claro cuando un año después de la boda, Grace se encerró en el Castillo junto a sus hombres y “despidió” a su marido a gritos desde la ventana.
Muchas más son las hazañas de esta pirata, pero ya va siendo hora de seguir nuestra ruta hacía la Isla de Achill (6). A esta isla, la más grande del litoral irlandés, se accede mediante un puente que la conecta con la península de Curraun. Nosotros os recomendamos recorrer la isla de punta a punta pasando por el Castillo de Grace O’Malley, el animado pueblo de Keel y la Bahía de Keem.

Hemos dejado para el final el que probablemente es nuestro lugar favorito del condado de Mayo: Downpatrick Head (7). En este cabo se encuentra un farallón solitario que recibe el nombre de Dún Briste, “fuerte roto”. Si os preguntáis que es un farallón, bienvenidos al club porque yo tampoco conocía esta palabra hasta que me puse a escribir este artículo. Eso sí, como una imagen vale más que mil palabras, mi definición será gráfica.

Este apilamiento rocoso quedó separado de tierra firma en 1393 a causa de una fuerte tormenta. Sin embargo, la leyenda cuenta una historia muy diferente… Según el folclore de la zona, cuando un jefe tribal pagano se negó a convertirse al cristianismo, el propio San Patricio golpeó el suelo con su báculo rompiendo este pedazo de tierra y dejando al susodicho jefe tribal encima.
Con esta curiosa leyenda llegamos al final de nuestra ruta. Como veis, Mayo esconde muchas historias que descubrir: tragedias de la gran hambruna, montañas sagradas, historias de piratas… ¿Qué más se le puede pedir? Y vosotros, ¿habíais oído hablar de Mayo antes de leer este post? Si es que sí, esperamos haber terminado de convenceros para que lo visitéis. Si es que no, ¿lo añadiríais ahora a vuestra ruta por Irlanda?
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