Después de ir descubriendo la historia de Irlanda a trocitos, este fin de semana nos propusimos ponernos al volante con un objetivo marcado: descubrir la esencia medieval del país. Aunque existen restos de este pasado medieval repartidos por todo el país, hay dos condados que destacan en este aspecto: Kilkenny y Tipperary. En este post os hablamos del primero y os contamos qué ver en un día en la capital medieval de Irlanda: la ciudad de Kilkenny.
La mayoría de los edificios de interés de Kilkenny se encuentran en la conocida como Medieval Mile o milla medieval. En realidad, la milla medieval no se trata de una sola calle, sino del entramados de calles y callejones situado entre la Catedral de St Canice y el Castillo de Kilkenny. Nosotros comenzamos nuestra ruta por este último punto.
El Castillo de Kilkenny (1) es uno de los edificios históricos más visitados de Irlanda y su modalidad de visita depende de la temporada. Durante la temporada de invierno, la visita sólo se puede hacer con guía mientras que el resto del año se realiza de manera auto-guiada. La entrada general cuesta 8 euros, pero, como todo esto puede cambiar con el tiempo, dejemos los datos prácticos y pasemos a las curiosidades sobre el edificio.
La historia del Castillo de Kilkenny se remonta al siglo XII. Lo que empezó siendo una mera torre de madera, pronto se convirtió en un castillo de piedra que se fue ampliando hasta consolidarse en el castillo que ha llegado a nuestros días. Desde el siglo XIV y hasta 1967, el castillo fue propiedad de la familia Butler, pero estos se lo acabaron vendieron a la ciudad de Kilkenny por unas simbólicas 50£.



Junto al castillo se encuentran las antiguas cocheras y establos, hoy reconvertidos en el Kilkenny Design Centre y la National Craft Gallery (2). Nosotros no pudimos visitar está ultima porque estaban renovando la exposición, pero la entrada es totalmente gratuita. Tras estos edificios se encuentra el acceso a los jardines de la Butler House (3). Aunque la casa está destinada a otros usos, los jardines pueden visitarse libremente.
Tras estas visitas os recomendamos pasar por la Oficina de Turismo pero no con fines meramente informativos sino para contaros otra de las curiosidades que esconde la ciudad. Aunque actualmente la Shee Alms House (4) funciona como oficina de turismo, en el pasado esta casa fue fundada para dar asilo a los pobres. Esta casa otorgaba alojamiento a 12 personas (6 mujeres y 6 hombres) a condición de seguir unas estrictas normas. Cualquier interacción entre hombres y mujeres estaba prohibida así que para evitarlas existían dos accesos totalmente independientes a las diferentes plantas de la casa. Hoy en día existe una escalera interna que une las dos plantas por los que podéis entrar por la puerta de la planta baja, destinada a las mujeres; y salir por la primera planta.
La puerta trasera de la Oficina de Turismo conecta con St. Mary’s Church, sede del Medieval Mile Museum (5). Esta iglesia de principios del siglo XIII acoge actualmente un museo moderno que muestra como era la ciudad en la Edad Media. La entrada al museo cuesta 7€. Nosotros no llegamos a entrar, por lo que no podemos valorar si vale o no la pena.

El siguiente tramo de nuestra ruta nos llevó a la calle principal de Kilkenny: High St. En esta calle se concentran la mayoría de comercios pero también edificios relevantes como el Ayuntamiento o Tholsel (6). La palabra tholsel proviene de las palabras inglesas toll (tasa) y sael (salón) y hace referencia a la función con la que se creo el edificio: recaudar impuestos.

Junto al edificio del Ayuntamiento se encuentra uno de los accesos al Butter Slip (7), un pasadizo que conecta las calles de High St y Kieran St. Este callejón medieval es uno de los más pintorescos de la ciudad, pero cuidado al cruzarlo, como su propio nombre indica, puede ser resbaladizo.
Dejamos atrás la Milla Medieval para hablar de iglesias. Hasta ahora sólo habíamos mencionado la iglesia que alberga el Medieval Mile Museum, pero hay muchas otras repartidas por la ciudad. La primera a la que nos dirigimos fue a la Catedral de Santa María (8). Esta catedral fue construida en estilo neo-gótico a mediados del siglo XIX.
A pocos metros de este templo se encuentra Black Abbey (9), una abadía fundada en el siglo XIII. El nombre de esta abadía proviene del color negro del hábito de los monjes dominicos que vivían en ella.

Desde aquí os recomendamos dirigirnos a la última de las iglesias de la ruta: la Catedral de San Canice (10). Nosotros no contábamos con entrar, por lo que la dejamos para el final y llegamos cuando ya había cerrado (en invierno cierra a las 4 de la tarde). Esta catedral, es la segunda más grande de Irlanda, sólo superada por la Catedral de San Patricio en Dublín. Junto a la catedral se levanta una torre circular de 30 metros altura desde la que se obtienen vistas de toda la ciudad. Sólo existen dos torres como esta en Irlanda a las que se pueda subir. Entrar a la Catedral y subir a la torre cuesta 6€ en total, aunque se puede comprar la entrada a sólo una de ambas atracciones.

Frente a nuestra siguiente parada se encuentra la Rothe House and Gardens (11), “el mejor ejemplo que se conserva en Irlanda de una mansión estilo tudor”. En este caso la entrada cuesta 7,50€, pero de nuevo decidimos no visitarla para llegar a tiempo a nuestra siguiente parada: la fábrica de la cerveza Smithwick´s.
La Smithwick´s es, probablemente, una de nuestras cervezas favoritas de Irlanda, por lo que no dudamos en vivir la Smithwick’s Experience (12). La Smithwick’s es una de las cervezas más antiguas de Irlanda y su origen se remonta al siglo XIV. En estos primeros momentos, eran los monjes de la abadía de St Francis los que elaboraban su cerveza. No sería hasta 1710 cuando la familia Smithwick’s fundó aquí su negocio, empezando a producir la que hoy es la tercera cerveza más popular de Irlanda. Hoy en día la producción de Smithwick’s ya no se realiza en estas instalaciones, que se usan con fines meramente turísticos. Tras la visita guiada se puede degustar una de las tres variedades de cerveza, todas de tipo ale, que venden hoy en día. Nuestra favorita (y la variedad estrella de la marca) es la Red Ale.

Y ya que estamos hablando de cervezas, ¿qué mejor que acabar la ruta recomendando algún pub? Y sí además se trata de un pub con historia mejor que mejor. Hablamos del Kyteler’s Inn (13), una posada que no sólo es una de las más antiguas de Irlanda, sino que esconde una historia de los más curiosa. Esta posada perteneció a Alice Kyteler, la primera persona condenada por brujería en Irlanda. Podriamos entrar aquí en especulaciones sobre si Alice envenenó a no a sus cuatro maridos, pero para no alargarlo mejor hablemos directamente del desenlace de esta historia. Junto con Alice Kyteler, también fueron condenados por brujería su hijo William Outlaw y su doncella Petronella. Sin embargo, de los tres, sólo Petronella fue quemada en la hoguera. Alice consiguió huir a Inglaterra mientras que William consiguió librarse del castigo al ofrecerse a pagar por el techado de una parte de la Catedral de San Canice. El dinero quizás no compra la felicidad, pero en este caso queda claro que, al menos, te alarga la vida.
Hasta aquí nuestra ruta por la ciudad de Kilkenny. Como veis, la ciudad tiene muchísimo que ofrecer y en un día os faltarán horas si queréis visitarlo todo. Si, como nosotros, preferís sacrificar algunas visitas y dedicarle solo un día, os recomendamos combinar la visita con una ruta por los castillos de Tipperary para así disfrutar de un fin de semana de temática medieval en toda regla.
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