Llegamos a la última de las rutas para descubrir Lanzarote. Después de conocer el norte y el centro de la isla, toca poner rumbo al sur para descubrir algunos de los paisajes volcánicos más bonitos de Lanzarote. ¿Nos acompañáis?
Para todas estas rutas necesitaréis coche y, en este caso, vale la pena madrugar. Bueno, madrugar, madrugar, tampoco, pero vale la pena que estéis en la primera parada de la ruta temprano, porque de lo contrario quizás tengáis que hacer cola. Dicho esto, ¿comenzamos la ruta?
La primera parada del día son las Montañas del Fuego (1) o Timanfaya. Si habéis leído la ruta anterior quizás os suene algo sobre esta historia, pero, por si acaso, os la recordamos. Entre 1730 y 1736, tuvo lugar en Canarias una de las erupciones volcánicas más importantes de la Historia de Canarias. En general el paisaje del sur de Lanzarote es resultado de ese intenso periodo eruptivo, pero el lugar en el que mejor lo veréis es en el Parque Nacional de Timanfaya.
Este diablillo marca la entrada al Parque Nacional y el punto desde el que se accede al centro
El centro abre a las 9 de la mañana y lo mejor es visitarlo a esa hora. Tras dejar el coche en el aparcamiento podréis hacer la Ruta de los Volcanes en autobús. Además, aquí encontraréis un restaurante cuya parrilla aprovecha directamente el calor del volcán. La entrada al centro cuesta 10€ pero al ser uno de esos Centros de Arte, Cultura y Turismo de los que os he ido hablando vale la pena que os planteéis comprar un bono turístico para visitarlos.
Concluida nuestra visita, nos dirigimos al pueblo de El Golfo, famoso para ir a comer pescado fresco, pero, sobre todo, por dar acceso a la Laguna de los Clicos (2). A esta laguna también se la conoce como Lago Verde, pero con ver la foto del sitio entenderéis el porqué.
El mirador al que se accede desde el Golfo permite ver el lago desde arriba
Siguiendo por la costa, el siguiente punto que nos encontramos son Los Hervideros (3). El principal atractivo de estos acantilados es visitarlos con el mar embravecido. Cuanto más violentas sean las olas, más impresionante es ver el efecto que hacen al romper en la roca o al entrar a las cavidades que ellas mismas han excavado. El acceso a Los Hervideros es gratuito, pero es importante que seáis precavidos durante la visita y sigáis el recorrido marcado.
Es importante no salirse del sendero marcado
Poco nos tendremos que desviar de la costa para llegar a nuestra siguiente parada: las Salinas del Janubio (4). Estas salinas son las más grandes e importantes de Lanzarote y siguen, a día de hoy, en uso. Existen diferentes puntos desde los que se pueden observar las salinas y vale la pena detenerse en varios para verlas desde distintas perspectivas.
Vale la pena ver las Salinas desde distintas perspectivas
Llegados a este punto de la ruta, no puedo dejar de recomendaros parar en una de las mejores playas de Lanzarote. Bueno, una no, sino varias, porque me refiero a las Playas de Papagayo (5). Estas playas se encuentran dentro del espacio natural protegido de Los Ajaches, por lo que para acceder a ellas en coche hay que pagar unos 3€ por vehículo. Los siete kilómetros de playas vírgenes sin duda merecen el pago de esa tasa. Personalmente, suelo ir a la Playa del Pozo por ser la menos concurrida, pero cualquiera de las playas merece una visita (y un chapuzón).
Después de refrescarnos las ideas con un baño toca ponerse de nuevo al volante para iniciar la vuelta a casa. Ahora os voy a hacer una recomendación que yo como conejera (sí, ese es otro gentilicio para decir que soy de Lanzarote) no sigo. Recorred la carretera que va a Femes (6). Son cuestas y tiene muchas curvas, que es por lo que yo no voy por ella normalmente, pero hay que conducirla al menos una vez. Además, el pueblo de Femes tiene su encanto y un mirador bastante bonito para detenerse. El mirador se encuentra junto a la Iglesia de San Marcial de Rubicón.
Y si seguimos por esta carretera llegamos a la guinda perfecta para la ruta de hoy: La Geria (7). El paisaje de esta zona se caracteriza por las plantaciones de vid, que en Lanzarote adquieren una forma interesante. La parra, o vid, se planta en una especie de conos excavados en el picón o rofe, que es como conocemos en Canarias a ese tipo de gravilla. Esto ayuda a que la planta eche sus raíces en el sustrato fértil. A esto hay que añadirle que en torno a la planta se construye un pequeño muro para protegerla del viento. Como veis, el paisaje en sí es peculiar y ya explica que os recomiende la visita, pero si queréis llevar la experiencia un paso más allá no dejéis de visitar alguna de las bodegas que se encuentran en la zona. Aunque de bodegas, mejor hablamos en otra ocasión.
Quizás no es la mejor foto para apreciar cómo se plantan las parras pero esta foto me encanta
Con copita de vino en la mano o sin ella (en el caso del conductor, espero que sea sin ella), llegamos al final de nuestra ruta por Lanzarote. Esperamos que estas tres rutas os sirvan de base para empezar a descubrir la Isla de los Volcanes, aunque seguro que publicaremos más entradas sobre ella en el futuro.
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