Dos días en Venecia

Os tengo que confesar que, a pesar de que me enamoran las ciudades a las que suelen comparar con Venecia, como por ejemplo Brujas, tenía las expectativas muy bajas antes de visitar la Venecia original. Y es que había oído de todo, desde gente que ponía en un pedestal, hasta los típicos comentarios de que Venecia huele mal, así que cuando llegué a la ciudad no esperaba para nada que Venecia me enamorase. Ahora supongo que debería decir que me llevé una grata sorpresa y que realmente volví enamorada, pero tengo que confesar que nuestra relación tuvo sus altibajos. Si queréis saber cuál fue nuestro veredicto final y qué nos dio tiempo a ver en dos días en Venecia, seguid leyendo.

Antes de entrar de lleno en la ruta queremos hacer mención a un aspecto de Venecia que creemos que la caracteriza más que la mayoría de rumores que si habíamos oído antes de ir: Venecia es un auténtico laberinto. Un laberinto bien señalizado, pero un laberinto al fin y al cabo. Si seguís las flechas, ya sea «Per Rialto» o «Per Academia» acabaréis llegando a vuestro destino, aunque es probable que de camino deis un par de giros diferentes a los nuestros. Así que en esta ocasión, y por nuestra propia salud mental, hemos optado por simplificar nuestro mapa y no marcaros la ruta que seguimos nosotros para llegar de un sitio a otro. Dicho esto, ¿os animáis a perderos por Venecia con nosotros?

Mapa con los puntos del primer día señalados

En esta ocasión, viajábamos con un presupuesto más limitado, por lo que nosotros decidimos dormir fuera de Venecia y empezar nuestra ruta cada día en la estación de autobuses (1). Aquí encontraréis la oficina de turismo, aunque os avanzamos que en Venecia no existen los mapas turísticos gratuitos, lo que ayuda a garantizar que vayas perdido por la ciudad. Como veis esta parada no tiene ningún atractivo turístico por sí misma, pero la queríamos aprovechar para hablaros un poco sobre cómo nos movimos por la ciudad. Venecia se recorre muy bien a pie, pero si vuestra ruta del día requiere que toméis más de dos Vaporettos (la versión acuática del autobús de línea), os recomendamos haceros con un bono de transporte de 24 horas. Estos bonos cuestan unos 20€, mientras que cada viaje en Vaporetto son unos 7€ por persona. Nosotros aprovechamos para comprar uno de estos bonos aunque no lo activaremos aún, ya que la primera parte de nuestra ruta la hicimos a pie.

Dicho esto, nada más salir de la estación nos toparemos de bruces con el Gran Canal, el canal más grande e importante de Venecia. Este canal, de 4 km de longitud, divide la ciudad en dos mitades que están conectadas por cuatro puentes. El primero que nos encontraremos es el Puente de la Constitución (2), diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava. A pocos metros de éste veremos el Puente de los Descalzos (3), muy cerca de la Estación de Trenes de Santa Lucía. Sobre los otros dos puentes, mucho más conocidos, hablaremos al llegar a ellos.

El Gran Canal visto desde el puente de la Constitución
EL GRAN CANAL

Después de nuestro primer encuentro con el Gran Canal, nos sumergimos de lleno en el barrio de Cannaregio (4). Este barrio fue el elegido por personalidades como Marco Polo, Tiziano o Tintoretto como lugar de residencia, pero también fue testigo de la creación del guetto judío de Venecia. Cuando hablamos aquí de guetto judío, no estamos hablando de los guettos judíos que nos suenan de la Segunda Guerra Mundial, en realidad este guetto se remonta a la época de la República de Venecia, concretamente a inicios del siglo XVI.

Un balcón con flores, un canal y una iglesia cualquiera forman una postal preciosa del barrio
BARRIO DE CANNAREGIO
Un canal y al fondo la fachada de Ca' Pessaro
CA’PESSARO DESDE CANNAREGIO

Tras deambular un buen rato por las calles del barrio de Cannaregio llegamos al tercero de los puentes que cruzan el Gran Canal: el Puente Rialto (5). De los cuatro puentes que cruzan este canal, el Puente de Rialto no sólo es el más antiguo, sino también el más famoso. El puente actual fue diseñado por el arquitecto Antonio da Ponte y se construyó entre 1588 y 1591.

El puente Rialto y un monton de gente viendo las vistas desde él
PUENTE RIALTO
Vistas del Gran Canal desde el Puente de Rialto
GRAN CANAL DESDE EL PUENTE RIALTO

Tras cruzar el Puente Rialto nos dirigimos al Mercado Rialto, no sólo con la intención de ver el mercado en sí, sino para observar algunas de las fachadas de los palacios que bordean el Gran Canal, como la del palacio Ca’ d’Oro (6). El Ca’ d’Oro o Casa Dorada es uno de los palacios más llamativos que rodean el Gran Canal y tiene un gran valor arquitectónico al ser un buen ejemplo del cambio del estilo gótico al renacentista.

El Gran Canal y, en la otra orilla, la fachada de Ca d'Oro y otros edificios palaciegos
CA’ D’ORO Y OTRAS FACHADAS EN TORNO AL GRAN CANAL

Después de maravillarnos con las fachadas que dan al Gran Canal, volvimos a sumergirnos en otro de los barrios de Venecia: el distrito de San Polo (7). Aquí se asentaron los primeros habitantes de Venecia, que crearon este barrio en torno al antiguo Puente Rialto. La explicación sobre porqué eligieron esta localización para asentarte la encontramos en el propio nombre del puente. Rialto viene de «Rivoaltus», «ribera alta», con lo que se trataba de un terreno libre de inundaciones y, por lo tanto, perfecto para el asentamiento. A día de hoy el barrio de San Polo destaca por la presencia de varios edificios de gran interés como la Iglesia de Santa María Gloriosa dei Frari o la Scuola Grande di San Rocco. La decoración interior de esta última fue obra de Tintoretto y convierte a este edificio en una visita imprescindible, aunque nosotros no llegamos a entrar en esta ocasión.

Seguimos callejeando por el barrio de San Polo, esta vez en dirección al último de los puentes que cruzan el Gran Canal: el Puente de la Academia (8). Antes de hablaros del puente en si, no podíamos dejar de mencionar otra de las visitas que nos quedaron pendientes en esta primera visita a la ciudad: la Galería de la Academia. Este museo acoge una magnífica colección de arte veneciano y se cuenta entre los museos de arte más importantes del mundo. Pero volviendo al puente en sí, este puente destaca por ser el único de los cuatro puentes de los que hemos hablado que está construido en madera. Irónicamente, mientras que el puente de Rialto se construyó para sustituir a un puente de madera anterior, en este caso el puente actual se construyó en madera para sustituir a un puente de hierro anterior.

Vistas desde el Puente de la Academia. Destaca la cúpula de Santa María de la Salute
EL GRAN CANAL DESDE EL PUENTE DE LA ACADEMIA

Tras cruzar el puente nos dirigimos, ahora sí, a la parada estrella del viaje: la Plaza de San Marcos (9). ¿Sabíais que Napoleón se refirió a esta plaza como “El salón más bello de Europa”? ¿o qué es la única “Piazza” de Venecia? Como veis esta plaza esconde muchas historias, por lo que preparaos para pasar un buen rato descubriéndola.

Empecemos hablando del que probablemente sea el edificio más ostentoso de la Plaza de San Marcos: la Basílica de San Marcos. Esta basílica es la iglesia más importante de Venecia y su construcción comenzó en el año 828, aunque por ese entonces la idea es que fuera una capilla anexa al Palacio Ducal, del que hablaremos después. Las obras resultaron en una iglesia de unas dimensiones muy superiores y en 1807 este templo se convirtió en la catedral de la ciudad de Venecia. La entrada a la iglesia es gratuita aunque para visitar ciertas zonas es necesario adquirir entrada. Como consejo previo a la visita, tened en cuenta que no es posible acceder a la iglesia con mochilas, por lo que si lleváis alguna tendréis que pasar primero por la consigna, que se encuentra en una de las calles adyacentes y no en la propia iglesia.

La Basilica de San Marcos es muy imponente y tiene una decoración muy suntuosa
BASILICA DE SAN MARCOS

Como os avanzábamos, justo al lado de la Basílica de San Marcos se encuentra el Palacio Ducal, nuestra siguiente visita del día. Este palacio ha funcionado a lo largo de su historia como residencia de los dogos o duques, sede de gobierno y prisión de la República de Venecia. Personalmente, creemos que la visita al Palacio Ducal es un imprescindible de cualquier ruta por la ciudad. La entrada asciende a los 25€ por persona, pero no sólo incluye la visita a las diferentes salas del Palacio y la prisión, sino la entrada a los museos de la Plaza de San Marcos entre los que se encuentra el Museo Correr, el Museo Arqueológico Nacional y la Biblioteca Nacional Marciana. Una vez dentro y para acceder a la zona del palacio que sirvió de prisión de la República de Venecia, se cruza el Puente de los Suspiros, un puente del que os contaremos más cuando hablemos de las vistas del puente por fuera.

Fotografía sacada desde el interior del Puente de los Suspiros. Por uno de los huecos de la decoración se ve el exterior y el puente desde el que los turistas le sacan la foto por fuera
VISTAS DESDE EL PUENTE DE LOS SUSPIROS

Pero volvamos a la Plaza de San Marcos, que aún nos quedan unos cuantos puntos de interés de los que hablar. En primer lugar, hablemos de la torre del Campanile, el campanario de la basílica. Los 98,5 metros de altura de esta torre la convierten en el edificio más alto de Venecia y es posible acceder a ella para disfrutar de sus vistas de la ciudad por el módico precio de 8€.

En el otro extremo de la Basílica de San Marcos encontramos otra de las torres de las que os queríamos hablar: la Torre dell’Orologio. En esta torre se encuentra el reloj de San Marcos, el reloj más importante de la ciudad. Tal es la belleza de este reloj, que según la leyenda los venecianos cegaron al relojero para que no pudiera crear nunca otro reloj que lo eclipsase. Desconocemos cuanto hay de real detrás de esta leyenda, pero nos resulta muy curioso que otros relojes del mundo como los relojes astronómicos de Praga o Gdansk compartan leyendas similares, ¿casualidad? No lo creo.

En el primer piso destaca el reloj astronómico y en el último el león, símbolo de la ciudad
TORRE DELL’OROLOGIO

Ahora que os hemos hablado de los edificios más reseñables que encontraréis entorno a la Plaza de San Marcos, nos toca recuperar una historia que habíamos dejado pendiente: la historia del Puente de los Suspiros (10).  Al salir de la Plaza de San Marcos nos encontramos el Ponte della Paglia, un puente ideal para ver el Puente de los Suspiros por fuera. El nombre de este puente puede que os suene romántico, pero la historia no tiene nada que ver con suspiros de amor. El nombre hace referencia a los suspiros de resignación de los presos que veían desde aquí el cielo y la laguna de Venecia por última vez antes de ser encerrados en la prisión del Palacio Ducal. Por suerte, después de haberlo cruzado por dentro nosotros volvemos a estar fuera disfrutando del cielo veneciano y listos para dirigirnos a la siguiente parada de la ruta.

Sobre el canal, el Puente de los Suspiros une el Palacio Ducal con la prisión.
PUENTE DE LOS SUSPIROS DESDE FUERA

Desde el Ponte della Paglia nosotros seguimos nuestro paseo por la orilla de la gran laguna hasta el Arsenal de Venecia (11), una base naval cuya existencia se remonta a la Edad Media. Os habíamos adelantado que a lo largo de la ruta tuvimos nuestros altibajos con Venecia, y a estas alturas de la ruta tuvimos uno de los momentos más reveladores del viaje. Hasta ahora habíamos sufrido las colas y las masificaciones en diferentes partes de la ciudad, pero aquí descubrimos que a partir de las seis de la tarde Venecia se transforma al ritmo en que sus calles empiezan a vaciarse. Hecho este gran descubrimiento, después de descubrir el Arsenal de Venecia decidimos desandar nuestros pasos para visitar de nuevo muchas de las zonas de las que ya os hemos hablado.

Dos torres de ladrillo flanquean el canal por el que entraban y salían los barcos
ARSENAL DE VENECIA

Tras deshacer nuestros pasos y perdernos por una Venecia totalmente nueva llegó el momento de activar nuestro bono de transportes, al que le sacaremos un buen rendimiento en nuestro segundo día de ruta, y volver a la estación de autobuses en Vaporetto. Para nuestro segundo día en Venecia nos reservamos los lugares a los que se accedía en barco, con lo que a la mañana siguiente comenzamos el día recorriendo el Gran Canal en Vaporetto antes de hacer nuestra primera parada en la Iglesia de San Giorgio Maggiore (1).

Mapa con los puntos del día 2 señalados

La Iglesia de San Giorgio Maggiore (1) es al mismo tiempo una de las iglesias más fotografiadas de Venecia y la localización ideal para hacer fotos del resto de la ciudad. Si bien en la primera mitad de nuestra ruta os hablábamos de las vistas desde el Campanille, en este viaje nosotros priorizamos las vistas desde San Giorgio Maggiore para poder ver la isla principal al completo. La entrada a esta iglesia es totalmente gratuita aunque subir a la torre cuesta unos 6€ (con ascensor incluido).

Panorámica de San Marcos desde la torre de San Giorgio Maggiore
SAN MARCOS DESDE EL CAMPANARIO DE SAN GIORGIO MAGGIORE
En esta panorámica destaca la Iglesia de Santa María de la Salute
MÁS VISTAS DESDE SAN GIORGIO MAGGIORE

Como os decíamos nuestro objetivo del día era visitar aquellos lugares de interés que se encontraban un poco más alejados del centro de Venecia y esto incluye las islas de Murano (2) y Burano. Es posible visitar ambas islas en un mismo día si contáis con el día completo, pero en nuestro caso no contábamos con una noche más en la ciudad sino que nuestro vuelo salía este mismo día, con lo que tuvimos que decantarnos por visitar solo una de ellas y la elegida fue Murano.

Tanto Murano como Burano destacan por sus casas de colores y sus calles con encanto, con lo que la mejor manera de descubrirlas es callejeando sin rumbo. En el caso de Murano, esta isla es famosa, además, por el trabajo del cristal de Murano, con que preparaos para ver muchas tiendas de artesanía que giran entorno a este producto.

Como nosotros no contabamos con tanto tiempo para esta parte de la ruta, desde Murano volvimos en Vaporetto directamente al centro, esta vez dirección a la Basílica de Santa María della Salute (3), una de las últimas iglesias que queríamos ver. Para hablar de esta iglesia tenemos que hablar primero de la llegada de una nueva epidemia de peste a Venecia en 1630. Esta enfermedad ya había llegado a la ciudad en otras ocasiones y esta vez el patriarca de Venecia decidió prometer a Dios que si la peste acababa construiría una Iglesia dedicada a la Virgen y cada año celebraría el día en el que eso pasase. Así fue como se fundó esta Iglesia dedicada a Santa María della Salute y como, cada 21 de noviembre, se celebra la Fiesta de la Madonna della Salute.

Y como el día iba de ver aquellas cositas que no nos queríamos dejar pendientes, tocaba el turno ahora de cumplir un pequeño antojo: visitar la librería Acqua Alta (4). Obviamente, esta no es una visita imprescindible de Venecia, pero si te gusta visitar librerías con encanto quizás quieras añadir esta parada a tu ruta. Seguramente hayáis oído hablar de la Acqua Alta en Venecia. Cuando las mareas suben es normal que parte de la ciudad se inunde, con lo que esta librería ha encontrado un mecanismo para evitar que esto dañe los libros: ¡guardarlos en bañeras! Y no sólo en bañeras, en el centro de la tienda encontraréis incluso una góndola que sirve de expositor de libros. Como podéis adivinar, la tienda tiene un encanto singular y si os gustan este tipo de visita no podéis perderos esta librería.

Con los libros mojados han hecho una escalera en el patio
EL PATIO DE LA LIBRERÍA TAMBIÉN TIENE UN ENCANTO ESPECIAL

Con este antojo viajero pusimos fin a nuestra ruta de dos días por Venecia. Como veis nos quedaron muchísimas visitas pendientes, pero guardamos recuerdos muy bonitos del viaje en general y seguramente volvamos a hacerle otra visita a la ciudad. Os adelantábamos que nuestra relación con la ciudad tuvo sus altibajos y tuvimos que acostumbrarnos a ir bastante perdidos y a las grandes masificaciones la mayor parte del día, pero al final del viaje Venecia se ha hecho un hueco en nuestro corazón y creemos que es un destino ideal para un fin de semana.  Y vosotros, ¿con qué expectativas visitáis la ciudad?