Tenemos que confesaros que la primera vez que visitamos Glasgow, lo hicimos con las expectativas muy bajas. Es cierto que las comparaciones son horribles y que Edimburgo tiene un encanto especial que eclipsa por completo a Glasgow, pero eso no hace la visita a Glasgow menos necesaria. Glasgow es una ciudad con una personalidad demoledora y, como prueba de ello, os hablaremos tanto del arte urbano que inunda la ciudad como del famoso cono de tráfico que se ha convertido en una de sus señas de identidad. Además de su personalidad rebelde, Glasgow esconde muchísimos rincones e historias para los viajeros más curiosos por lo que no podéis dejar de añadir esta parada en vuestro viaje por Escocia. Nosotros le dedicamos un día a la ciudad y la verdad es que nos pareció suficiente para recorrer los rincones más imprescindibles, por lo que en esta entrada nos centraremos en mostraros qué ver en un día en Glasgow.
A estas alturas ya es una tradición empezar muchas de nuestras rutas en un parque y en el caso de Glasgow no podía ser de otra manera. Nuestra primera parada fue el Glasgow Green (1), un parque que no sólo tiene la fama de ser uno de los más grandes de la ciudad, sino que es también el más antiguo. Estos terrenos fueron cedidos a la ciudad como parque municipal en 1450, aunque su aspecto en el siglo XV distaba mucho de lo que veremos en nuestro paseo matutino por el parque. Los monumentos y lugares de interés que hoy ocupan el parque son muy posteriores, por lo que lo mejor es que repasemos los más importantes para conocer un poquito más de su historia.
En primer lugar, hablemos de la puerta de entrada al parque, el McLennan Arch. Este arco se localiza en una de las múltiples entradas por las que se puede acceder al parque, pero es, sin duda, la entrada más monumental. Lo curioso es que, a pesar de que el arco se remonta al siglo XVIII, lleva muchos menos años residiendo en su ubicación actual. Este arco formaba parte, originalmente, de la fachada de una sala de bailes de la era Victoriana. Después de que este edificio fuera demolido el arco fue traslado a varias localizaciones antes de acabar en Glasgow Green en el siglo XX.
En el centro del parque nos encontramos algunas de las construcciones más interesantes de Glasgow Green. En primer lugar, hablemos del People’s Palace, un palacio diseñado para el pueblo que a día de hoy alberga un museo sobre la historia social de la ciudad. Como nosotros visitamos el parque a primera hora de la mañana nos encontramos tanto el museo como los Winter Gardens, un invernadero que hay anexo al palacio, cerrados por lo que no os podemos hablar de la visita como tal. De lo que si os podemos hablar un poco más es de la fuente monumental que encontraréis frente a la entrada al palacio: la Doulton Fountain. Esta fuente se ha ganado el título de ser la fuente de terracota más grande del mundo y fue erigida en homenaje a la Reina Victoria. La fuente se construyó con motivo de la Exhibición International de 1888, que se celebró en Kelvingrove Park, un parque que visitaremos al final de nuestra ruta, y fue trasladada a Glasgow Green 1890.

Después de nuestro paseo matutino por el parque, pusimos rumbo a nuestra siguiente parada no sin antes desviarnos para visitar The Barras Market (2). Este mercado se celebra sólo los fines de semana, pero os tenemos que avanzar que no es un mercado para todos los gustos. Si bien aparece en varias guías turísticas, este mercado está un poco de capa caída y quizás porque nosotros lo visitamos un poco temprano la sensación que nos dio fue un poco de lugar en decadencia. Por otras opiniones que hemos estado leyendo en Tripadvisor, parece que es una opinión generalizada, por lo que si os pilla por la zona en fin de semana no está de más darse una vuelta pero es una parada de la que nosotros prescindiríamos si volviéramos a la ciudad.
Tras este pequeño desvío, nos dirigimos directamente a la Necrópolis de Glasgow (3), un verdadero imprescindible de la ruta. Este cementerio victoriano se alza sobre una pequeña colina, por lo que al encanto del propio cementerio hay que añadirle las maravillosas vistas que se obtienen desde aquí. Esta necrópolis se inauguró oficialmente en 1833, aunque los primeros enterramientos tuvieron lugar en 1832. Y hablando de estos primeros enterramientos, a pesar de que el cementerio se encuentra ubicado muy cerca de la Catedral de Glasgow, esta necrópolis fue creada con la intención de ser multi-religiosa y los primeros entierros que se llevaron a cabo aquí fueron judíos. Con el paso de los años el cementerio fue creciendo hasta ocupar las 12 hectáreas que ocupa hoy en día y se calcula que acoge unos 50.000 enterramientos y un total de unos 3.500 monumentos.

Como os avanzábamos, muy cerca de la Necrópolis de Glasgow se alza la Catedral de Glasgow (4) o Catedral de San Mungo. Este templo data del siglo XII y, aunque ciertamente fue durante un tiempo catedral, a día de hoy este título es meramente honorífico. Tras la Reforma Escocesa este templo pasó a ser un lugar de culto de la Iglesia de Escocia, que carece de la figura del obispo, y la cátedra del obispo fue traslada a la Catedral de San Andrés o St. Andrew’s Cathedral. La iglesia actual fue construida en estilo gótico y se levanta, al menos en teoría, sobre el lugar de enterramiento del patrón de la ciudad: San Mungo.
A la salida de la Catedral de Glasgow nos encontramos con un pequeño contratiempo bastante habitual en Escocia: la lluvia. Esto hizo que incluyéramos en la ruta la visita al museo de San Mungo (5), un museo totalmente gratuito y que se centra en explicar las religiones del mundo. Como os contábamos no fue una parada que lleváramos deliberada, pero siendo gratuita os recomendamos dedicarle algo de tiempo si os interesa el tema o si necesitáis cobijaros de la lluvia.
Además de darnos cobijo, el museo de San Mungo nos sirvió de “atajo” hacía nuestra siguiente visita: la Provand’s Lordship (6). Esta casa es la más antigua de Glasgow y, junto con la Catedral, son dos de los pocos edificios medievales que se conservan en la ciudad. La entrada a esta casa también es gratuita, así que no dudéis en echarle un vistazo a su interior. Aunque la casa se remonta a la Edad Media, el interior está decorado con muebles del siglo XVII. Al final de la visita aseguraros de pasar por el St. Nicholas Garden, situado justo detrás de la casa.

Desde aquí nos fuimos directos al centro de la ciudad, al corazón comercial de Glasgow: Buchanan Street (7). Nosotros os avanzamos que en esta parte de la ruta no nos detuvimos tanto porque queríamos llegar a tiempo para visitar el Museo de Kelvingrove, pero si tenéis tiempo os recomendamos disfrutar de las tiendas y museos que encontraréis en esta parte de la ciudad. Esta zona de la ciudad está muy ligada al desarrollo mercantil de la ciudad, por lo que si queréis saber a quién debe el nombre esta calle no debéis pensar ni en militares ni en gobernantes, sino en empresarios. Buchanan Street debe su nombre al magnate de la industria tabacalera Andrew Buchanan. Esta calle es una de las vías comerciales más importantes de la ciudad, con lo que aquí encontraréis todo tipo de comercios. Aunque no vayáis pensando en ir de compras , os aconsejamos asomaros en algún momento al Princes Square Shopping Centre, un centro de comercial que se remonta al siglo XIX y del que aún quedan algunos elementos originales a pesar de las posteriores remodelaciones.
Y del corazón comercial pasemos a hablar del corazón civil de la ciudad: George Square (8). Esta plaza debe su nombre al rey George III y en torno a ella se alza el Glasgow City Council (el Ayuntamiento de la ciudad). En esta plaza también nos encontramos con varias estatuas y monumentos dedicados a célebres escoceses como Robert Burns, James Watt o el escritor sir Walter Scott. El monumento a este último es probablemente el más llamativo de la plaza al alzarse sobre una columna de 24 metros de altura, pero quedaros con el nombre del escritor si visitáis también Edimburgo (y hasta aquí puedo leer).
Después de echar un vistazo a las estatuas de la plaza, seguimos nuestra ruta buscando una estatua cuya fama os avanzábamos al principio. Hablamos de la estatua del Duque de Wellington (9), una estatua que no se ha ganado su fama por los actos del propio Duque de Wellington sino por ser el objeto de una constante broma. Esta estatua ecuestre fue erigida en el año 1844, pero a partir de la década de los 80 es muy común encontrar esta estatua decorada con un cono de tráfico en la cabeza. Esta práctica, que empezó siendo una broma, se ha convertido en un emblema de la ciudad y ha pasado a ser una de las protagonistas de las postales y souvenirs que se venden en la ciudad.

La estatua del Duque de Wellington se encuentra en la Royal Exchange Square, justo enfrente de la Gallery of Modern Art de Glasgow (GoMA). Este museo es de acceso gratuito y en el sótano del edificio podréis encontrar la Oficina de Turismo. Nosotros no llegamos a visitarlo en esta ocasión sino que optamos por ir directamente a un museo que consideramos imprescindible: el Kelvingrove Art Gallery and Museum (10). Este museo se encuentra en el West End, con lo que está un poco alejado del centro y nosotros decidimos desplazarnos hasta allí en metro para ahorrar tiempo. Como nosotros fuimos directos al museo empezaremos hablándoos de él, pero este es sólo uno de los edificios que encontraremos en torno al Kelvingrove Park.

Como su propio nombre indica el Kelvingrove Art Gallery and Museum es también una galería de arte pero intentar definir la temática del museo es un poco difícil. El museo incluye exposiciones de historia, historia natural y ciencia, además de la galería de arte. En definitiva, se trata de un museo enorme, pero altamente recomendable, por no decir imprescindible. Personalmente me pareció un museo muy cautivador y al abarcar tantas temáticas es perfecto para todo tipo de viajeros. En Edimburgo encontramos un museo similar, el Museo Nacional de Escocia, aunque por la arquitectura del edificio (y probablemente por ser el primero que visitamos), personalmente creo que si tuviera que elegir solo uno, sería el de Glasgow. Entre las obras de arte que alberga este museo destaca la pintura del Cristo de San Juan de la Cruz de Dalí, aunque durante nuestra visita no pudimos verlo porque lo habían prestado a otra exposición.

Como os decíamos, en torno al Parque de Kelvingrove hay otros puntos de interés, por lo que después de que nos echaran del museo porque iban a cerrar nos fuimos a visitar la Universidad de Glasgow (11). Esta universidad es una de las más antiguas de todo Reino Unido y se remonta al siglo XIV. Su sede principal, construida en estilo neogótico en el siglo XIX, acoge el museo Hunterian, el museo público más antiguo de Escocia. Nosotros, como comprenderéis, no lleguemos a tiempo de visitarlo por dentro, por lo que dedicamos el resto de la tarde a pasear por el parque de Kelvingrove antes de volver al centro para despedirnos de Glasgow.

A parte del cono de tráfico, cuando os mencionamos que la ciudad de Glasgow tiene una personal demoledora os hablábamos de los murales que se reparten por toda la ciudad. Nosotros vimos unos cuantos mientras callejeamos por el centro pero existen decenas de ellos repartidos por toda la ciudad y después de ver algunos de los que nos perdimos no nos hubiera importado quedarnos en la ciudad un día más para verlos y visitar algunos de los museos que nos quedaron pendientes.
Como veis, tras pasar 24 horas en Glasgow tuvimos la sensación de que nos hubiéramos quedado un poco más para disfrutar de su personalidad rebelde y de su gran oferta cultural. Es cierto que hay barrios un poco menos agraciados y zonas que nos decepcionaron un poco como el Barras Market, pero en general no nos quedó la sensación de que Glasgow fuese una ciudad fea y nosotros os recomendamos dedicar al menos un día a recorrerla. Y si queréis seguir leyendo que nos deparó nuestro primer viaje por Escocia, no os perdáis nuestra ruta de dos días en Edimburgo.
Yo no creía ya desde un principio que Glasgow fuese fea. De hecho, está en mis planes viajeros
Algún día…
Hola Marina,
Supongo que más bien es que las comparaciones son odiosas y la tachan de fea en contraposición con Edimburgo. Pero yo te la recomiendo mucho, creo que te gustará 😋
No tenia ni idea de la Estatua con el cono el la cabeza! Muy curioso, no me voy a olvidar de Glasgow y su relación con el cono. Que por cierto, me encantó Glasgow, aunque me guste más Edimburgo 😉
Creo que por eso dicen lo de que las comparaciones son odiosas 😅 A mí también me encantó la ciudad, después de oír tantas veces que era fea no me pude sorprender más al ver lo chula que es realmente. Pero si, Edimburgo juega en otra liga 😋