ADVERTENCIA: Nótese en el título que no hablamos de «comer sano». Aceptémoslo, un país cuyos platos estrella son las patatas fritas y los gofres no invita a comer ensaladas. Si seguís leyendo que sea porque, como nosotros, creéis que de viaje no hay dieta que valga.
A priori Bélgica no es un país que destaque por su gastronomía. Más allá de las patatas fritas, los gofres y el chocolate, pocos serán los que se mojen en citar otros platos típicos. Sin embargo, aunque parezca que las patatas siempre saben igual (cosa que no es así), creemos que os puede ser de utilidad nuestra experiencia gastronómica en el país.
Hemos tenido serias dudas sobre si articular esta entrada en torno a los restaurantes o sí centrarnos en los platos, pero al final nos hemos basado en la estrategia que seguimos nosotros. Durante el viaje nosotros lo que llevábamos claro era que platos queríamos probar y una vez allí buscamos dónde comerlos, así que aquí vienen los platos:
LAS PATATAS FRITAS
Las patatas fritas son el plato estrella del país y ya en el título del post os adelantamos que os recomendaríamos las mejores patatas fritas de Bruselas, así que empecemos por ahí.
¿Qué tienen de especial las patatas fritas belgas? Lo esencial es la técnica, aunque no debemos restarle importancia a las salsas. En Bélgica, las patatas se fríen dos veces, de forma que consiguen que el interior quede tierno y el exterior crujiente. Con esto ya se consigue que estén deliciosas, pero aquí entran las salsas. Comer las patatas con kétchup es de principiantes, aquí las listas de salsas dan vértigo. Aun así, nosotros os recomendamos que vayáis directos a por la salsa Andalouse, nuestra favorita.
DESPUÉS DE PROBARLA SÓLO QUERRÁS SALSA ANDALOUSE
Lo más normal es que os sirvan las patatas en conos de papel y os avisamos que las raciones son generosas. Un cono de tamaño normal podría dar perfectamente para dos personas y uno grande para tres o cuatro. Aún recuerdo la primera vez que pedimos patatas en Bruselas y cada una se pidió una ración… ¡tuvimos patatas hasta para cenar! Por precio, las patatas son la mejor alternativa para comer o cenar sin gastar mucho y quedándose lleno.
Pasemos a lo importante, ¿dónde se compran las mejores patatas fritas de Bruselas? Aquí alguien podría pensar que esto es muy subjetivo, pero os aseguramos que eso sólo lo podréis decir antes de probar las patatas de Maison Antoine. Este quiosco está alejado, eso no os lo vamos a negar, pero así tenéis excusa para pasear por la zona del Parque del Cincuentenario y del Parlamento Europeo. Ahora bien, ¿cómo conocimos este sitio? Si no lo hubiéramos descubierto por los chicos de USE-IT (en otro post os hablo de esta iniciativa), lo hubiéramos hecho por el guardia de seguridad del Espai Catalunya Europa y es que, quién lo conoce no deja de recomendarlo.
LAS MEJORES PATATAS FRITAS DE BRUSELAS
Os hemos dicho quiosco, así que igual alguno ya ha caído en que el sitio no tiene mesas, ni sillas. Pues bien, la fama de este sitio es tal que los bares de alrededor han querido aprovechar el tirón y te dejan tomarte tus patatas en sus locales siempre y cuando pagues tu bebida. Lo único que tenéis que comprobar es que el bar tenga escrito por alguna parte “Fries Accepted”.
LOS BARES DE LA PLAZA ACEPTAN LAS PATATAS DEL ANTOINE
A parte de las patatas, en Maison Antoine podemos probar otros platos típicos, como la Mitraillette. Nosotros teníamos muchas ganas de probar este plato y el resultado nos encantó. La “metralleta” consiste en un bocadillo de hamburguesa (u otro tipo de carne), patatas fritas y la salsa de tu elección; ¡una delicia híper-calórica!
EN LUGAR DE METRALLETA DEBERIA LLAMARSE BOMBA CALÓRICA
LOS MEJILLONES CON PATATAS FRITAS
Este es un plato que nos decepcionó muchísimo, pero que se cuenta entre los platos típicos del país. Simplemente consiste en una cacerola con mejillones y un cuenco con patatas fritas (no nos hace falta explicar más, ¿verdad?).
¿Dónde lo probamos nosotros? En la Rue des Bouchers. Ya os hablamos de esta calle entre las 20 cosas que hacer en Bruselas porque tiene el encanto de que los camareros tratan de convencerte de entrar averiguando de dónde eres. Pues bien, nosotros decidimos arriesgarnos a comer en uno de estos restaurantes (y digo arriesgarnos porque nos temíamos que nos fueran a cobrar algún suplemento misterioso al final). En esta calle los precios son muy similares de restaurante en restaurante así que por 10 euros cada uno (al final no hubo suplementos misteriosos) probamos este plato y una cerveza. Fuera de esta calle los precios sí que suben un poco, pero probablemente (eso quiero creer) también suba la calidad de los mejillones.
OTROS PLATOS
Antes de pasar con los postres queremos hacer una mención rápida a otros platos que probamos casi por casualidad:
- Chicons au gratin: Gracias al mapa de USE-IT que llevábamos descubrimos un restaurante chiquitito y muy coqueto, que nos encantó. El restaurante se llama Le Temps d’une Pose y sirven comida belga a muy buen precio (los platos del día cuestan unos 8€). Nosotros decidimos salirnos del menú y probar los chicons au gratins, que son unos rollos de endivia y jamón con queso por encima (a mí me recordaron a los canelones, pero en lugar de pasta llevaba jamón). Nos encantó el plato y el trato que recibimos en el restaurante así que os lo recomendamos.
ESTA UN POCO APARTADO, PERO ES UN RESTAURANTE MUY CUCO
- El jamón de Gante: Por fin llegamos a alguna recomendación que no esté en Bruselas, aunque no es tanto una recomendación como una curiosidad. Nosotros lo probamos en el Castillo de los Condes o Castillo de Gravensteen y cuál fue nuestra sorpresa cuando lo que nos pusieron fue ¡jamón serrano!
- Las caracolas: Esto también lo probamos en Maison Antoine y son caracolas marinas, sin más. Si no las habéis probado nunca no es mal sitio para probarlas por primera vez, pero en mi caso sigo prefiriendo la “metralleta”.
HA LLEGADO TARDE, PERO NO OS IBA A DEJAR SIN LA UBICACIÓN DEL MAISON ANTOINE
LOS GOFRES
GOFRES PARA TODOS LOS GUSTOS
Desde mi primer viaje a Bélgica hay algo que se me ha quedado grabado en la memoria: “Bruselas huele a gofre”. ¿No os ha pasado nunca de ir andando por la calle y que de repente os llegue un olor irresistible? Pues en Bélgica ese olor proviene de los gofres. En realidad, no tengo que deciros mucho más sobre esta delicia: seguid el olor y los encontraréis; pero si queréis saber dónde los comprábamos nosotros la respuesta no tiene perdida: justo enfrente del Manneken Pis. Hemos de confesaros que de un viaje al siguiente la tienda en la que los cogíamos cambió radicalmente (al principio era de Leónidas) pero como tenían el mismo precio seguimos comprándolos ahí.
¿QUÉ HABRÁN HECHO CON EL HOMBRECILLO AL CAMBIAR LA TIENDA?
EL CHOCOLATE
No vamos a negar que a los belgas se les da muy bien el chocolate, pero lo que les debemos no es la invención del chocolate, sino la de los bombones de praliné. Su inventor fue Jean Neuhaus Jr., al que, allá por el año 1912, se le ocurrió rellenar el chocolate y venderlo en forma de bombón. Una curiosidad es que la casa Neuhaus, que ahora es una de las chocolaterías más conocidas de Bélgica, empezó siendo una farmacéutica. Jean Neuhaus, el abuelo del inventor del praliné, recubría las medicinas con chocolate para que tuvieran mejor sabor. Será a su nieto al que se lo ocurriese rellenarlo con crema en lugar de fármacos.
A parte de la casa Neuhaus, que como ya hemos visto tiene mucho que decir en estos temas, existen infinidad de tiendas de chocolates repartidas por toda Bélgica, como Godiva o Leónidas. Esta última suele ser la más asequible, salvo por un duro competidor: el supermercado. Y es que el chocolate belga tiene esa particularidad, está bueno en todos sitios.
LA CERVEZA
No hace falta decir que todo lo anterior (bueno, quizás a los gofres no les pega tanto) se debe aderezar con una buena cerveza belga. Como no soy ninguna experta os dejo a vosotros la tarea de diferenciar cervezas tipo trappist de cervezas tipo pilsen. En su lugar os recomendaré el sitio en el que las podréis encontrar casi todas: el Delirium. Este bar ostenta el Récord Guiness de variedades de cerveza así que ya tenéis donde ir a buscar. En cuanto a que cervezas pedir, dejaros llevar por el dedo índice… pero para que no digáis que me desentiendo me he entretenido haciendo un ranking con nuestras favoritas (nótese que es un tema subjetivo y que sólo incluimos las que hemos probado):
COMO TODO RANKING ESTO ES TOTALMENTE SUBJETIVO
Hasta aquí nuestra experiencia gastronómica en Bélgica, ¿cómo fue la vuestra? ¿nos recomendáis algún otro plato para la próxima escapada?
Salivando estamos!!! Ay por dios solo de pensar la de «porquerías ricas» que podemos comer allí, se nos hace eterna la espera!!! El post es genial, así que lo guardamos en favoritos para cuando nos pongamos a organizar el viaje. Mil gracias
Me alegro mucho de que os haya gustado el post!! Si estando ahí descubris otras delicias no dejés de recomendarnoslas, seguro que hay muchos platos más que no probamos y que nos esperan para cuando repitamos Bélgica 😘😘