Un día en Gante

No os lo voy a negar, Gante es, sin duda, mi ciudad favorita de Bélgica. Después de dos visitas al país y a la ciudad, tengo clarísimo que para mí es la ciudad más bonita de Flandes, a pesar (o quizás gracias a eso) de que sea Brujas la que suele llevarse toda la fama. Dicho esto, entendemos que mucha gente visita Bélgica en escapadas más cortas y que por eso muchas veces se opte por sacrificar Gante y centrarse en Bruselas y Brujas, pero si contáis con más tiempo no os podéis perder esta ciudad. Sólo necesitaréis 24 horas para enamoraros de Gante, por lo que si os estáis planteando incluir esta ciudad en vuestra ruta acompañadnos para descubrir qué ver en un día en Gante.

Mapa con la ruta que hicimos señalada

En nuestro caso, para este viaje por Bélgica nos decantamos por movernos por el país en tren, por lo que, nuestra ruta comenzó en la estación de St. Pieters. Desde aquí nos dirigimos al Citadel Park (1), un parque que nos recordó mucho al Parque de la Ciudadela de Barcelona, ya que comparten origen. En el caso belga, tras la caída de Napoleón se construyó en esta área una gran ciudadela militar y, al igual que pasó en Barcelona, cuando esta ciudadela fue derrocada el espacio que ocupaba paso a formar parte de los espacios verdes de la ciudad. Dentro de los límites de este parque encontrareis algunos museos de arte como el Museo de Bellas Artes o el S.M.A.K de los que no os podemos decir mucho porque nunca llegamos a entrar.

Una puerta en medio del parque que señala la entrada a la antigua ciudadela
UNA DE LAS ANTIGUAS PUERTAS DE LA CIUDADELA EN CITADEL PARK

Nuestra siguiente parada fue la Iglesia de St. Pieterskerk (2), la Iglesia de Nuestra Señora y San Pedro, una iglesia inspirada en las grandes iglesias renacentistas italianas y que los ganteses no temen en equiparar con la Basílica de San Pedro en el Vaticano (el orgullo gantés les hace exagerar un poco…).

El día estaba nublado pero se ve la cúpula de la iglesia y la torre del reloj
IGLESIA DE ST. PIETERSKERK

En nuestra primera visita a la ciudad nos conformamos con visitar sólo la Iglesia, pero si contáis con más tiempo o es vuestra segunda visita a la ciudad (como fue nuestro caso) os recomendamos hacer la visita con video-guía a la Abadía de San Pedro, anexa a la iglesia. La video-guía os guiará por diferentes zonas del complejo, incluyendo el interior de la Iglesia de San Pedro. A nosotros la experiencia nos gustó, pero es verdad que ocupa más tiempo y que conlleva pagar por la video-guía, por lo que si no os interesa os recomendamos centraros solo en la Iglesia y acceder al  viñedo interior de la abadía, ambas de entrada gratuita.

Se ve parte del jardín trasero y la torre del reloj
ABADÍA DE SAN PEDRO

Tras visitar (o no) la Abadía de San Pedro, iniciamos nuestro camino al siguiente punto de la ruta, pasando por dos parques. El primero de los parques que atravesamos es el Muink Park,  un parque de pequeño tamaño, pero que en el pasado fue el zoológico de la Abadía de San Pedro (cosa que descubrimos gracias a la video-guía). También atravesamos en nuestro camino el Koning Albertpark, un parque de estilo neo-barroco construido en pleno siglo XX, tras la demolición de la estación de tren que ocupaba este espacio.

Después de atravesar estos parques llegamos a la que será nuestra tercera parada de la ruta: el Pequeño Beaterio (3). Este beaterio es uno de los beaterios mejor conservados de su tiempo y fue el lugar en el que vivió y murió la última beata de Gante. Los beaterios de toda esta parte de Europa suelen ser verdaderos oasis dentro de las ciudades que los acogen y el ambiente de tranquilidad que se respira en su interior hace que bien merezcan una visita. Aunque en este caso, el hecho de que el beaterio esté declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco también ayuda.

En el centro del jardín central del beaterio se levanta una iglesia
PEQUEÑO BEATERIO DE GANTE

Llegados a este punto, ahora sí que sí, toca el plato fuerte de Gante: su centro histórico. La sucesión de edificios que sigue tiene mucho que ofrecer, pero intentaremos ser breves. El primer edificio que nos encontraremos yendo en este sentido es el Castillo de Gerardo el Diablo (4), un edificio que ha sido de todo: cárcel, convento, orfanato… A pocos metros de éste, está la Catedral de San Bavón (5) en la que se encuentra (si no la están restaurando como nos paso en la primera visita a la ciudad) la obra estrella de Gante: la Adoración del Cordero Místico. Esta obra fue pintada en 1432 por los hermanos Jan y Hubert Van Eyck. Como dato anecdótico, esta pintura ha tenido una historia muy turbulenta y ha sufrido más de un robo a lo largo de esta. En 1934 el ladrón del panel de Los jueces justos, confesó el robo de la obra a su abogado diciendo que se llevaría el secreto del paradero del panel a su tumba. Dicho y hecho, el ladrón murió sin confesar dónde escondió el panel, con lo que su ubicación sigue siendo un misterio.

La torre de la Catedral de San Bavón es, además, la primera de las tres grandes torres que conforman la postal típica de Gante. La segunda de estas torres sería la Torre del Campanario o Belfort (6). Coronando esta torre podemos ver al dragón que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad y que vela por ella desde 1380.

Antes de pasar a la siguiente parada de nuestra ruta, vale la pena rodear el Belfort en busca de la antigua casa del carcelero. En la fachada de este edificio se puede ver representada una escena curiosa: el Mammelokker. Este relieve representa la leyenda romana de Cimón, un hombre que fue encerrado y al que se le negaba el alimento. Por suerte para Cimón, su encarcelamiento si que permitía las visitas y fue gracias a las visitas de su hija que Cimón no murió de inanición. Como era de esperar las visitas no podían traer comida al prisionero, por lo que la manera de su hija de salvarle la vida a su padre era amamantarlo todos los días. Es justo este momento el que aparece representado en el relieve que corona esta fachada.

En primer plano se ve el relieve de Cimón siendo amamantado por su hija y detrás la torre del Campanario
EL MAMMELOKKER EN PRIMER PLANO Y DETRÁS BELFORT

Volviendo a las torres que componen esa postal típica de Gante, la última de las torres que forman el trío es la de la Iglesia de San Nicolás (7), construida en el siglo XIII. Esta torre acogía a las campanas de la ciudad hasta la construcción del Campanario de Gante, del que acabamos de hablar. Como os decíamos, estas tres torres son los elementos más icónicos del horizonte de la ciudad y desde el Puente de San Miguel se puede obtener una preciosa panorámica de las tres.

Desde el puente de San Miguel se ven las tres torres alineadas en la acera de la izquierda
LA POSTAL MÁS TÍPICA DE GANTE

Hecha la foto, toca bajar del puente y recorrer Graslei y Korenlei (8), los antiguos muelles del puerto medieval de Gante. Actualmente estas calles no conservan esa función de muelle, pero son dos de las calles más conocidas y concurridas de la ciudad.

Tras cruzar al otro lado del canal nos dirigimos a nuestra siguiente parada: el Castillo de Gravensteen (9). Este castillo también recibe el nombre de Castillo de los Condes, que se corresponde con su primera función como lugar de residencia de los condes de la ciudad. Posteriormente, tras el abandono de esta función, el edificio ha tenido muchos usos, incluidas la función de prisión e, incluso, la de fábrica de algodón. La visita al castillo es de pago y cuesta unos 12€ (precios en 2022). Nosotros entramos durante nuestra segunda visita a Gante, que fue en plena Navidad, y creemos que en esta época la visita vale mucho la pena. Las estancias del castillo se decoran cada año por estas fechas siguiendo una temática determinada y el año en que fuimos nosotros el tema era «El Lago de los Cisnes”.

En las paredes de este castillo medieval se ha proyectado un emblema de un cisne
CASTILLO DE LOS CONDES

Llegados a este punto de la ruta, os dejamos por libre callejeando por la ciudad y disfrutando de su ambiente nocturno, no sin antes recomendaros uno de los bares que visitamos nosotros: el Dulle Griet (10).  De camino a esta cervecería encontraréis el cañón al que debe su nombre, un gran cañón de color rojo que, aunque hace bonito, nunca fue de utilidad (y os contaremos el porqué). El Dulle Griet, que traducido sería “Margarita la Loca”, es un cañón de hierro del siglo XV que sólo fue disparado una vez y con mejores intenciones que resultados. Si queréis saber hasta dónde “se supone” que llegó esa única bala es fácil, simplemente poneos frente a la boca del cañón y mirad al suelo, ahí veréis una bola de cañón señalando dicho punto. Pero volviendo a la cervecería, Dulle Griet es una de las cervecerías más famosas de Gante y tiene como peculiaridad que si os atrevéis a tomaros una cerveza en la jarra Max (que tiene una capacidad de litro y medio) os pedirán de fianza un zapato. Para aseguraros de que a vuestra prenda no le pasará nada, el camarero la cuelga en una cesta del techo del pub y os la devolverá al retiraros el vaso de cerveza. Sin duda es una experiencia peculiar y por eso os la recomendamos como la guinda perfecta para un día recorriendo Gante.

Como veis solo hace falta un día para recorrer el centro de Gante, pero os aseguro que es tiempo suficiente para enamorarse de una ciudad a la que mis fotos no le hacen nada de justicia. Espero haberos animado a conocer la ciudad y sí es así no dejéis de comentarme qué os ha parecido y qué otros lugares habéis descubierto, porque yo estoy segura de que habrá una tercera visita a Gante por nuestra parte. Si queréis leer más sobre nuestro paso por Bélgica, no os perdáis nuestras entradas de Brujas y Bruselas.