Durante nuestro viaje a Budapest nos hicimos una pregunta que nos suele asaltar en cada escapada de más de tres días: ¿qué podemos ver por los alrededores? Buscábamos una visita a algún lugar cercano, una excursión de ida y vuelta en el mismo día y, entre muchas más opciones, encontramos el pueblo de Szentendre (leído San Andrés que es mucho más fácil de pronunciar…). ¿Queréis saber si lo recomendamos o qué vimos en él?
Szentendre se encuentra a poco más de 20 km. de la capital de Hungría, por lo que es una opción bastante asequible para una visita de ida y vuelta (es más, si nos apuras también se puede añadir alguna que otra parada a la ruta). Esto nos lleva a la pregunta clave: ¿cómo llegar? Hay muchas opciones para llegar a Szentendre, entre las que se encuentra, incluso, llegar en barco por el Danubio… aunque este no fue nuestro caso (porque en invierno no se puede). Lo que hicimos nosotros fue recurrir a nuestro medio de transporte habitual: el tren, concretamente, un tren HEV (un tren de cercanías de toda la vida) que sale de la estación de Batthyány y llega al pueblo en 40 minutos.
La estación de trenes de Szentendre está en uno de los extremos del pueblo, a menos de 10 minutos andando del centro histórico. Como el camino hasta el centro no tiene pérdida (y desgraciadamente tampoco interés), en esta ocasión comenzaremos la ruta desde la Oficina de Turismo (1).
Esta localidad es muy turística, no sólo por su ubicación tan cercana a Budapest sino por su especial encanto. Eso sí, este es el momento de que os adelante un pequeño dato, lo que veréis a continuación no es un pueblo típico húngaro, sino más bien un pueblo típico serbio, pero ya hablaremos de esto.
Desde aquí iniciamos nuestro paseo por la calle Dumtsa Jenő, una de las arterías principales de la ciudad. Tras andar unos metros nos encontraremos con el Museo del Mazapán (2), uno de los muchos museos que hay en el pueblo y una parada ideal para la hora del desayuno. Nosotros pasamos primero por su cafetería, situada en esta misma calle por la que veníamos andando, para luego desviarnos en busca de la entrada al museo en la calle Batthyány.
Primero paramos en la cafetería del museo…
…y probamos la Tarta Dobos, una especialidad húngara
Pero, ahora bien, ¿qué podemos encontrar en el Museo del Mazapán? Obviamente Mazapán, pero no la historia de su elaboración sino una variada muestra de figuras hechas con este dulce manjar. La figura más llamativa de la colección es, sin duda, la maqueta del Parlamento de Budapest, una maravilla para la que se usaron 60 kilos de mazapán y que les llevó 4 meses de duro, aunque dulce, trabajo.
La maqueta del Parlamento es la obra maestra del museo…
… aunque a mí me ganaron con las maquetas de Disney
A parte de la cafetería, a la salida del museo os encontraréis la tienda, en la que también nos dejamos unos durillos (cómo veis, el dulce nos tienta). Aquí os recomiendo a los que no os gusta el mazapán, entre las que me incluyo, que le deis una oportunidad a las figuritas. No sé si es porque las tienen que hacer más espesas o porqué, pero no saben igual que el mazapán de la cesta de Navidad y a mí me sorprendieron para bien.
Con la barriga llena de dulce continuamos nuestro camino hacia la plaza principal de Szentendre: Fő tér (3).
Por si el árbol y el belén no os dan una pista, este viaje lo hicimos en diciembre
Reconoceréis fácilmente la plaza porque en el centro de la misma os encontraréis una gran Cruz Conmemorativa, concretamente la Cruz Conmemorativa de la Peste. En la ciudad hay, al menos, tres cruces más como esta, aunque no todas levantadas por la misma causa y no todas tan fotogénicas. En este caso, los mercaderes serbios de la ciudad levantaron la cruz en 1763 para dar gracias a Dios por proteger Szentendre de la peste. Y cómo sé que os gustan las historias curiosas allá va un pequeño rumor sobre la cruz. Cuentan las malas lenguas (porque con lo morbosa que es la historia no creo que la contaran las buenas) que bajo esta cruz se enterró a un hombre del revés.
¿Habrá de verdad un hombre enterrado debajo?
Pero volvamos a lo que se puede ver. En una de las esquinas de la plaza se levanta también la Iglesia Ortodoxa de Blagoveštenska, una pequeña iglesia construida en el año 1752 también por los serbios. Se va notando ya la influencia de los serbios, ¿no?
Si bajásemos por la calle de la derecha de la iglesia, podríamos visitar el Museo de Cerámica Margit Kovács (4), uno de los museos más importantes de la ciudad. Margit constituye uno de los múltiples ejemplos de artistas que han tenido relación con Szentendre. Y es que no en vano Szentendre se ha ganado el apelativo de “la Ciudad de los Pintores” (aunque Margit era escultora y ceramista, pero de alguna manera tenía que hilarlo…). Si os gusta el arte contemporáneo, podríais incorporar este u otros museos a la visita, pero, como no es nuestro caso, no lo visitamos.
En lugar de eso, nosotros iniciamos el ascenso entre callecitas de cuento hacía la colina en la que se levanta la Iglesia de San Juan Bautista (5). Esta iglesia, construida en el siglo XIII, constituye el edificio histórico más antiguo de Szentendre. Como nuestra visita coincidió con horario de misa os tenemos que confesar que no vimos el interior del templo, pero las vistas desde la Colina lo compensaron con creces.
Desde aquí iniciamos el descenso de la colina en busca de nuestra siguiente parada, también de índole religiosa: la Catedral de Belgrado (6). Y, ¿a qué no adivináis quién la construyó? Obviamente los serbios, consagrándola al mismo patrón de la Catedral de la ciudad de Belgrado. Esta es una de las iglesias principales de Szentendre y su torre ilustra muchas de las postales de la ciudad, pero hablemos ahora de los serbios, que ya lo llevan pidiendo desde hace rato.
Durante la Gran Guerra Turca, en el siglo XVII, Hungría invito a los serbios a emigrar al país huyendo del Imperio Otomano. Esto provocó una migración masiva que no sólo afecto a Szentendre, pero que dejó a la ciudad una herencia tangible en sus calles y edificios.
Después de tres templos seguidos aún nos quedaba la visita a la Sinagoga (7), la más pequeña de Europa. Sin embargo, durante nuestra estancia este templo estaba en obras, por lo que no pudimos comprobar en persona como de pequeño era. En su lugar seguimos nuestro paseo hasta la Cruz de los Curtidores (8), otra de las cuatro cruces conmemorativas de la ciudad y un mirador con vistas al Danubio.
Otra de las cruces conmemorativas de Szentendre
Avisamos que aquí es dónde nuestra ruta por Szentendre se vuelve un poco friki. Hemos dicho que arte contemporáneo no, pero al saber que en la ciudad había un Museo Retro (9) no lo dudamos. El museo es pequeño y, quizás, un poco caro (son unos 4€ por persona), pero como entretenimiento no está mal. Tiene coches, juguetes, televisores y otros objetos dignos de Diógenes de los quizás no tan maravillosos años 70 en Hungría (por el comunismo digo). No es un imprescindible, pero como nosotros lo vimos no podíamos dejar de mencionarlo.
¿Un montón de chatarra o material de museo?
El coche de la Barbie Malibú
Desde aquí volvimos al centro por una calle con mucho ambiente en el que encontraréis otros museos, como el Museo del Vino, y muchas tiendas de artesanías y souvenirs (no olvidemos que es un pueblo bastante turístico).
Nosotros pusimos aquí el punto y final a nuestra visita, pero no porque no quisiéramos más, sino porque al ser temporada de invierno (de noviembre a marzo) la que queríamos que fuera nuestra última parada estaba cerrada: el Museo al Aire Libre de Skanzen (10). Teniendo en cuenta que el museo Skansen primigenio, el de Estocolmo, nos encantó, teníamos altas expectativas con la versión húngara, así que si la visitáis contadnos la experiencia.
Después de esta ruta nosotros recomendamos sin dudar la visita a Szentendre, tanto por su cercanía a Budapest cómo por el ambiente que se respira en el pueblo (aunque quizás peque de excesivamente turístico).
Nosotros quisimos ser más ambiciosos y no contentos con la ruta por Szentendre nos dirigimos a la estación de autobuses en busca de otro pueblito. ¿Queréis saber cuál fue y si nos valió la pena apurar las horas del día? Lo tendréis todo en el siguiente post.
Me ha encantado la de cosas curiosas que visteis en Szentendre, os cundió el día bastante. Esos dos museos son muy peculiares 😂 También prefiero las figuras de Disney y el coche de la barbie es lo más! En otra época tiene que estar genial llegar en barco por el Danubio ¿será muy caro?
Saludoss
Ya ves, Hicimos la visita a los museos más originales de todo el pueblo 😂😂 La verdad es que el precio en barco ni lo miré, en cuanto vi que no era temporada pase a otra cosa 😅😅
Un beso,
No conocía este pequeño pueblo de Hungría y la verdad que es precioso. Dentro de poco iremos a este país, aunque creo que a Budapest, ya que tenemos unos amigos viviendo allí. Sin embargo despues de ver lo bonito que es Szentendre seguramente les pidamos a nuestros amigos que nos lleven.
Gracias por la info!
Ascen.
Es un pueblo con mucho encanto, lo bueno es que podéis ir y volver el mismo día sin necesidad de pasar noche y en una mañana más o menos lo podéis ver. Si ellos no lo han visitado aún es un buen plan para hacer juntos, la verdad.
Gracias por el comentario, un saludo
¡Qué perlita nos acabáis de descubrir! La verdad es que me creo que Szentendre es uno de los pueblos más bonitos de Hungría, a considerar seriamente para una excursión de día durante una escapada a Budapest. Las fotos me han convencido, pero merece una visita solo por esa tarta Dobos, tiene una pinta… Un saludo viajero.
Es un pueblo con mucho encanto y con muchas cosas curiosas de ver, yo lo del museo del mazapán no lo había visto antes… Pero para probar la tarta Dobos no tendrás que esperar a Szentendre, la puedes comer todos los días que estés en Budapest si quieres porque es un postre típico de todo el país (una curiosidad, entre las primeras personas que probaron esta tarta esta la emperatriz Sissi 🤫🤫)
Gracias por el comentario, un beso 😘
Sabes que nunca me habia cruzado por la mente visitar Hungria? Pero tu post me esta ayudando a incluirlo en mi lista, me parece super interesante y fijo es un destino economico. Aun no cruzo el charco a Europa, pero quisiera un itinerario que vaya a esos paises del este, me parecen un viaje en el tiempo en cierto sentido.
Pues Budapest es una ciudad preciosa así que te recomiendo la visita a Hungría sin duda. Los precios son bastante económicos si, sobre todo comparado con otras ciudades europeas. Lo que hace mucha gente es visitar Viena, Praga y Budapest en el mismo viaje pero teniendo que cruzar el charco podrías plantearte un viaje un poco más largo e incluir otros países, algo así como un interracial.
Gracias por el comentario, un beso 😘
¡Pero qué bonito es Szentendre, Miriam! Tomo más que nota porque voy a ir a Hungría dentro de poco, y quiero ver más allá de Budapest 🙂 ¡Gracias por las recomendaciones!
Gracias a ti!! Me alegro de que te pueda ser útil 😉