El Castillo de Malbork: nuestro paso por la sede de la Orden Teutónica

Nuestra segunda parada en Polonia nos llevó a la pequeña ciudad de Malbork o, como dirían los alemanes: Marienburg (literalmente la ciudad de María). Sólo con esta traducción ya podríamos empezar a sacar alguna conclusión, ¿no? La ciudad de María no podía haber nacido de otra forma que de manos de una orden religiosa (y militar) como la Orden de los Caballeros Teutónicos. Así que, tenemos nuestro destino y tenemos un objetivo: descubrir todo lo que podamos sobre la Orden Teutónica y como llegó Malbork a ser su sede. ¿Dónde mejor para empezar esta búsqueda que el Castillo de Malbork?

El Castillo de Malbork es una fortaleza medieval construida en estilo gótico y ostenta el honor de ser el castillo de ladrillo más grande del mundo. Era obvio, por lo tanto, que también forme parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad, ¿no? Pero hablemos de cómo visitarlo.

Panorámica del Castillo desde el otro lado del río. Se ve una de las puertas de la muralla.

EL CASTILLO DE LADRILLO MÁS GRANDE DEL MUNDO

Su cercanía con Gdansk lo convierte en una buena opción de visita desde la antigua ciudad de Danzig, aunque nosotros decidimos usarla como puente y hacer una parada aquí antes de seguir nuestro viaje hacía Torun. Si hacéis esto, sabed que el museo del castillo cuenta con taquillas en las que podréis dejar las mochilas (no sé si las maletas tipo trolleys cabrían, pero aquí tenéis una buena excusa para pasaros al lado mochilero de la vida).

El castillo abre todos los días, pero su horario varía entre la temporada de invierno y la de verano, por lo que mejor comprobad la hora de cierre en su página oficial. Cierre a la hora que cierre nosotros recomendamos llegar a primera hora ya que la visita dura aproximadamente unas 3 horas. Los precios también varían entre verano e invierno. Nosotros lo visitamos en verano por lo que la entrada nos costó 39,50 zloty (unos 10€). Los lunes la entrada es gratuita.

El castillo se divide en castillo alto y castillo bajo pasando por la zona media, con el Palacio de los Grandes Maestros, el Gran Refectorio o la enfermería. En definitiva, todo un laberinto que no hubiésemos sido capaces de visitar sin la audio-guía. Esta audio-guía viene incluida en el precio y os explicará todo lo que necesitáis saber sobre cada zona. Así que, si eso ya está cubierto, hagamos un pequeño repaso de la historia del lugar.

Maqueta de la fortaleza en la que se aprecia el tamaño de la misma.

ESTE RECINTO PUEDE PARECER UN VERDADERO LABERINTO

Hay dos antecedentes de vital importancia antes de hablar del Castillo tal y como existe hoy en día: el primero es que la Orden Teutónica existe desde principios del siglo XII y el segundo es que el primer castillo que se levantó aquí es del siglo XIII. Dicho esto, adelantemos al año 1309, concretamente al 14 de septiembre y a la llegada a Malbork del Gran Maestre Siegfried von Feuchtwangen. Su llegada y la de toda la “corte”, porque desde este momento Malbork se convirtió en la capital del Estado Teutónico. Así que era hora de empezar las reformas, que el castillo de ladrillo más grande del mundo no se construye en dos días.

Cuatro estatuas de metal de de maestres y personajes ilustres.

MAESTRES Y OTRAS PERSONALIDADES ILUSTRES DE MALBORK

Como resultado de las diversas ampliaciones, el Castillo de Malbork se convirtió en la fortificación gótica más grande de Europa. Pero no todo viene dado por el tamaño. El Castillo de Malbork no sólo era grande: era una fortaleza inexpugnable. Pero, ¿entonces como acabó en manos de los reyes polacos? Pongámonos en contexto.

En 1454 se inició la Guerra de los Trece Años, una guerra que enfrento a Polonia con la Orden Teutónica. Sin embargo, las tropas polacas nunca llegaron a tomar Malbork por la fuerza, aquí todo fue una cuestión de bolsillo. Una guerra es cara y la Orden Teutónica se estaba gastando el dinero a marchas forzadas. Así que sí, la propia Orden abandonó su joya de la corona porque no les llegaba para calefacción (y nunca mejor dicho, porque la calefacción de este castillo mola un montón). Así fue como en 1457, el rey Casimiro IV Jagellón entró tan campante en Malbork.

En el centro del patio hay un pozo con un tejado a cuatro aguas sobre el que descansa la figura de un aguila de metal. Hay una especia de telas de araña gigantes que decoran el patio (arte contemporáneo supongo)

CASIMIRO IV SE PASEO POR EL PATIO DEL CASTILLO ALTO SIN PEGARSE CON NADIE

El siguiente gran hito llegaría en 1772, cuando Malbork y en general toda la región pasaría a pertenecer a Prusia. Al periodo que se inicia ahora se le conoce como el periodo de las “participaciones de Polonia” y fue un momento en el que Polonia literalmente desapareció del mapa. Por suerte para nosotros, el Castillo de Malbork no sufrió la misma suerte. Aunque no podemos decir lo mismo tras la Segunda Guerra Mundial.

En la foto se ve un cartel de como había quedado el castillo tras la Segunda Guerra Mundial (derruido) y detrás se ve el resultado de la restauración

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CASI BORRA DEL MAPA EL CASTILLO

Cuando acabó el conflicto armado, el Castillo de Malbork volvió a manos de Polonia, pero estaba gravemente dañado. Gracias a los sucesivos trabajos de restauración hoy podemos visitar el castillo y descubrir una parte de la historia de Polonia que sólo podemos llegar a entender si pasamos por la capital del Estado Teutónico.